El consiliario del Encuentro recordó en su intervención que “el Jueves Santo brilla más que el sol”, y en esta ocasión se hizo realidad porque si el sol salió con fuerza en la tarde de ayer, más brillante e ilusionante fue la salida de la hermandad de su templo de San Antonio de Padua de Ciudad Jardín.
Además, en esta ocasión los cofrades han recuperado la música en su cortejo, que no salió el pasado año por motivos de la crisis y lo hizo con dos bandas de música que sonaron muy bien, como son la de la Agrupación Musical Virgen de las Angustias de Vera, que acompañó al Nazareno, y la Banda Municipal de Alcolea que acompañó a la Amargura.
También estrenaron una nueva parihuela para la Imagen de la Virgen de la Amargura donada y realizada por hermanos y simpatizantes de la hermandad en su propia sede.
Este es el camino para hacer que esta hermandad resurja de nuevo, como lo está haciendo con ilusiones renovadas y gente joven en su junta directiva, que están trabajando duro para ello, en comunión con su consiliario.
Tanto el consiliario Jaime Palacios como el hermano mayor solicitaron a los cofrades desfilar por las calles de Almería con orden y compostura. Francisco Javier Vargas añadía que el desfile era “el resultado de un año de trabajo y que estaban orgullosos de sacar en procesión al Rey de Reyes y a la cara más bonita de Ciudad Jardín”.
A partir de este momento se abrieron las puertas del templo y salió la cruz guía y los nazarenos, mientras que en el interior del templo Francisco Javier Giménez, dirigia las maniobras para centrar el paso en la puerta del templo e iniciar la salida, mientras que la expectación crecía en la Plaza de España.
La salida del Nazareno a la calle entraña una enorme dificultad por la altura de de la cruz, además de que tienen que salvar dos dificultades, el dintel de la puerta del templo y posteriormente un arco.
Hay que prepararse, recoger las fadillas y comenzar a salir muy lentamente agachando un poco y en el segundo obstáculo echar rodillas en tierra, ganando terreno centímetro a centímetro, a la vez que no se escuchaba ni un alma en la calle, para no entorpecer la maniobra. Una vez en la calle saltaron todas las emociones contenidas con un fuerte y prolongado aplauso, a la vez que caía una lluvia de pétalos de rosas blancas y rojas sobre el nazareno.
Mientras que los costaleros se recuperaban, Sergio Rivas se subió al paso con sus guantes negros para colocar el remate de la cruz, que quitan para la salida.
Poco después iba avanzando a buen ritmo, mientras salía el tramo de la Virgen de la Amargura y la presidencia, en la que se encontraba una representación de la cofradía del Santo Entierro, y otra de la guardia civil con uniforme de gala.
Ya sólo quedaba la Virgen de La Amargura con sus costaleras en el interior del templo, por lo que el capataz Francisco Javier Giménez solicitaba a la concejala del Ayuntamiento de Almería, María Muñiz, que realizara la primerá levantá del paso, al haber sido la pregonera de la hermandad este año.
Poco después salian a la calle entre la multitud. A la vez el Nazareno había avanzado y se produjo un buen corte, entre la Plaza de España, El Salvador y José Morales Abad, por lo que tuvieron que parar para reagruparse, antes de continuar para el centro.
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