El Día Contra el Cáncer de Mama sirve, sin duda, para acercar a la sociedad un poco más cuál es la realidad que viven miles de pacientes diagnosticadas de este tumor. Este 2021 no muestra mejorías, con más de 34.000 casos diagnosticados, 245 más. Estos datos alarman al comprobar cómo la pandemia ha influido negativamente en el abordaje del Cáncer de Mama, tanto en cantidad como en calidad de su tratamiento. Si antes las necesidades eran grandes, ahora han crecido de manera exponencial.
Este mes de marzo a María José, de 44 años de edad, le diagnosticaron cáncer de mama triple negativo y desde el primer momento en que se lo comunicaron, no ha parado de luchar. Está a la espera de ser operada en los siguientes meses, donde le reducirán el pecho y le quitarán el tumor del izquierdo. Después tendrá alrededor de seis meses de quimioterapia.
Belén, de 35 años, fue diagnosticada de cáncer de mama de carácter hormonal en febrero de 2020, mientras trabaja en Londres, y terminó el tratamiento en noviembre de 2020. Actualmente está en tratamiento con hormonoterapia con una duración de cinco años.
Sin embargo, siempre hay una traba que todo lo complica, el dinero, y que afianza las desigualdades inexorablemente entre las pacientes. A todo esto la pandemia del Covid-19, inesperable para todos y todas, lo ha dificultado un poco más. Habría que recordar que el cáncer estaba antes que el Covid-19 y sigue estando ahora por desgracia.
Un gran gasto
El cáncer aumenta las necesidades, y con ello el gasto. Parece ser obvio, aunque alguien debe estar haciendo oídos sordos. Quizá lo ideal sería establece las necesidades reales a cubrir en el día a día de estas mujeres. "Mis necesidades en mi día a día han aumentado, sobre todo económicamente. Los alimentos son lo más caro. Tenemos que comer de lo bueno lo mejor y cuando aconsejan la dieta mediterránea, vale mucho más que comprar lo básico", asegura María José.
María José cuenta que no solo la alimentación es imprescindible en pacientes de cáncer: "Las cremas sin químicos. Todo lo que uses a nivel corporal sale mucho más caro, pero es que necesitas salir a la calle con protección. Revisiones en el dentista, por la quimio tengo más infecciones. Medicación sin receta, preparados de la farmacia. Pañuelos de materiales especiales que sobrepasan los 40 euros. Champús para cuando empieza a crecer el pelo, seis o siete euros. La ropa, no todas la etapas del cáncer admiten lo que te ponías hace dos meses".
Durante el tratamiento de quimioterapia, Belén no tuvo muchos efectos secundarios, excepto el físico, y asegura que le afectó emocionalmente verse sin pelo: "Las pestañas también se caen, al igual que las cejas y el pelo. Un tratamiento de crecimiento de pestañas ronda los 50 euros. La peluca ronda los 900 y 1.000 euros si es de pelo natural y los turbantes, si son realmente buenos, también. La cara cambia. Yo hubiera necesitado ayuda para todo el tema del pelo, pero eso no lo cubre la seguridad social".
La administración parece no hacerse cargo de estas necesidades, más allá de pruebas diagnósticas, consultas, cirugías y tratamientos. La reflexión sería si es conocedora de la realidad que viven aquellas mujeres que, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad, no pueden permitírselo. "Yo voy a comprarme algo que necesite y tengo asumido que me tengo que gastar ese dinero", afirma Belén, a pesar de que su situación económica le ha permitido, junto con la ayuda de su marido y familia, poder pagar todo las carencias que aparecían durante las distintas fases del cáncer.
En cambio María José, que trabajaba sólo tres días a la semana, al ser diagnosticada, se dio de baja. Recibe 140 euros al estar de baja y 52 euros de Ingreso Mínimo Vital, y la ayuda de sus padres y novio es vital para poder costearse todo. "400 euros mínimo al mes tengo de gastos. Con la pandemia los gastos aumentaron porque buscaba mayor seguridad. Ahora intento ir en taxi al hospital porque no recomiendan coger el autobús por posible contagio, pero no siempre puedo. Creo que la Administración debería dar una ayuda dependiendo de la unidad familiar, que mínimo costeen cada fase del cáncer. Al menos 400 euros, con eso podríamos funcionar", reivindica María José.
Si el cáncer de mama es el más conocido en España, con un aumento de más de 200 casos y la AECC está en plena lucha por las pacientes en situación de vulnerabilidad, debido a la falta de recursos, las distintas administraciones deberían ser conocedoras. "Creo que la Administración hace oídos sordos, porque si han sacado una vacuna en un año contra el Covid-19, ¿el cáncer? El cáncer no es algo nuevo", reflexiona Belén. Es digno de considerar que si la investigación y la innovación en la oncología han posibilitado mayores avances, con una mayor inversión de dinero público la salud y el sistema sanitario mejoraría sin duda.
Una sanidad pública, de calidad, universal y gratuita. Si algo ha enseñado la pandemia del Covid-19 es que la ciencia y la investigación tienen las soluciones, siempre y cuando se decidan por un buena y correcta inversión de dinero público. Nuestro sistema sanitario necesita más recursos, más sanitarios y de más dotación presupuestaria. Y de eso, no hay duda.
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