Crónicas del ayer: un conductor arrolla a dos personas en una trágica Navidad

Las fiestas navideñas de 2005 fueron especialmente terriblemente dolorosas para las familias de las dos jóvenes de 21 y 25 años de edad fallecidas trágicamente la madrugada del 15 de diciembre de ese año, al ser arrollada la motocicleta en la que viajaban por un turismo en la carretera de Ronda cuyo conductor circulaba a una velocidad excesiva saltándose varios semáforos y en estado de embriaguez. La muerte de las dos muchachas y su fatal circunstancia inundó de dolor y tristeza en esas vísperas de Navidad a la provincia. Un accidente de consecuencias funestas, con un único culpable. Una de las jóvenes falleció en el acto como consecuencia de las irreversibles lesiones sufridas, mientras la otra muchacha moría horas más tarde en Torrecárdenas. El causante de accidente, ingresó en prisión, aunque unos meses más tarde quedó sorprendentemente en libertad al no haberse señalado la fecha del juicio y el implicado cumplir el plazo de prisión preventiva.

El accidente que segó la vida a las dos jóvenes tuvo lugar sobre las seis menos veinte de la mañana, momento en que la motocicleta en la que viajaban se encontraba detenida en la carretera de Ronda, sentido descendente frente a un semáforo en rojo esperando el cambio del disco para dirigirse por la calle doctor Herranz ubicado en una de las calles adyacentes.

El vehículo, un turismo Citroen C-3 conducido por Ángel A. de 30 años de edad, arrolló por detrás a la motocicleta, desplazando el vehículo y los cuerpos de las jóvenes casi unos cuarenta metros. El turismo, ya sin control impactó finalmente contra una farola y parte del muro del Museo de Almería donde quedó empotrado...

El funeral de las infortunadas muchachas celebrado en las iglesias parroquiales de Ciudad Jardín y de Los Molinos congregó a varios centenares de personas que acompañaron a las familias en tan duro trance no dejando de lamentar la trágica muerte de las muchachas por el acto irresponsable de un desaprensivo conductor.

Por su parte, el promotor del accidente que tuvo que ser rescatado del interior del coche entre un amasijo de hierros y chapas, solo tenía ligeras magulladuras en diversas partes del cuerpo. El sujeto, de profesión vigilante jurado, de baja médica, y en un visible estado de embriaguez, fue trasladado por la Policía Local hasta la jefatura de Atestados, donde se negó a que se le practicase el control de alcoholemia mostrando una actitud violenta y agresiva con los agentes, siendo finalmente trasladado a los calabozos de la Comisaría de Policía, quedando incomunicado y a disposición del juzgado de instrucción numero 2 bajo la acusación de un  presunto delito contra la saludad publica con resultado de muerte.

Un día más tarde el detenido, en medio de grandes medidas de seguridad fue conducido hasta los juzgados de la calle Canónigo Molina Alonso. Centenares de personas, amigos, familiares y conocidos de las victimas se dieron cita en la puerta de la institución para exigir justicia. Durante casi cinco horas, Ángel A. B. estuvo declarando ante el juez Andrés Vélez, titular del juzgado de instrucción numero 2.  El magistrado tras oír las manifestaciones del inculpado decretó de inmediato su ingreso en la prisión provincial de Acebuche. 

El 23 de junio de 2006 salió de prisión Ángel A.B, el vigilante jurado de baja psicológica, tras permanecer seis meses, una semana y dos días en el departamento de Ingresos del Centro penitenciario en calidad de preso preventivo a la espera de juicio. La noticia de su libertad llenó de indignación y estupor a los familiares de las víctima. 

Según se hizo público entonces, el procesado ya había sido condenado anteriormente en el año 2001 al negarse a pasar un control de alcoholemia tras verse involucrado en un accidente de tráfico. Fue condenado a la pena de seis meses de prisión y con la retirada del permiso de conducir durante un año.