Crónicas del ayer: 400 millones de pesetas falsificados

En los primeros meses de 1985 un senador almeriense se vio inmerso en un turbio asunto relacionado con la petición de indulto para Francisco I. un vecino del capital vinculado a la extrema derecha almeriense que se encontraba en el extranjero y deseaba volver a España. Su indulto lo quería comprar a cambio de facilitar a la Policía información sobre diversos temas relacionados con el narcotráfico en Almería.

Francisco I, que en aquellas fechas tenia 44 años era un personaje muy conocido en los círculos de la extrema derecha de la provincia. En aquellos años se encontraba en paradero desconocido y en 1975 fue condenado un delito de falsificación de moneda -unos 400 millones de pesetas -y como codirigente de una organización a la que ufanamente denominaban “Unión Monárquica Española”.

Su cabeza visible era un curioso personaje identificado como Eugenio Menéndez de Haro que se hacia pasar como “Jefe de la Casa Civil del príncipe de Montezuma”. Como lugarteniente figuraba al almeriense. ambos condenados a las penas de diecisiete años de reclusión y multa de ocho millones de pesetas, sentencia que fue recurrida por los procesados alegando que dicha falsificación fue efectuada con fines políticos de la Unión Monárquica Española.

La Policía los detuvo en Cerdanyola junto a otras dos personas más- uno de ellos menor de edad-después de distribuir unos tres millones de pesetas en billetes falsos de 1.000 pesetas, se dijo entonces que la organización había llegado incluso a falsificar billetes por un montante en torno a los 400 millones. La amnistía le liberó de la cárcel leridana, donde cumplía condena, al considerársele la condición de preso político.

Poco más tarde volvió a Almería introduciéndose en el mundo de los negocios. Se le relacionó como uno de los promotores de la UFA (Unión de Falangistas de Andalucía) aunque el procesado siempre se desmarcó de la UFA y negó su vinculación con la organización falangista. Un buen día desapareció de Almería. Se dice que estuvo escondido en un chalet de Aguadulce propiedad de un abogado almeriense. Cuando cesó su interés por localizarle, logró pasar la frontera y huir a Francia. Se supo entonces que la Sala Segunda del Tribunal Supremo admitió un recurso del Banco de España oponiéndose a la aplicación de la amnistía para Francisco I, al entender el alto tribunal que bajo la denominación de Unión Monárquica Española se ocultaba en realidad una banda de delincuentes.

El ultraderechista almeriense fue detenido en Andorra acusado de traficar con cocaína. Su detención centró la atención en la provincia. Medios policiales y políticos manejaron entonces la hipótesis de que dicho tráfico de estupefacientes estuviese encaminado a financiar actividades de la extrema derecha.

La verdad es que no quedó nada probado, salvo la detención del subcomisario Martínez a quien la Guardia Civil le intervino casi un kilo de cocaína oculta en un maletín y amigo de Francisco I. que según dijo a la Policía ignoraba lo que había dentro. Respecto a Francisco I, una vez resuelto su problema con la Justicia, rehizo su vida fuera de la provincia de Almería.