Durante el mes de septiembre de 1990 este singular suceso ocurrido en la provincia de Almería fue sin género de dudas una autentica serpiente de verano que llegó a tener una notoria proyección nacional a través de los medios de comunicación huérfanos en esas fechas de temas de un mayor calado. Se trataba de la aparición de una serie de elementos externos que de alguna manera ponían de manifiesto unos supuestos ritos satánicos acaecidos en varias localidades de la provincia almeriense.
En tres municipios, Benahadux, Alhama de Almería y Carboneras aparecieron restos de animales degollados, velas y otros efectos utilizados, presuntamente para la celebración de ritos satánicos o misas negras. En algunos de estos lugares aparecieron cruces invertidas y otros extraños símbolos. En el paraje de La Partala de Benahadux fue hallada una hoja de papel manuscrita donde se encontraban anotados diversos nombres de personas. En el tema de las cruces invertidas, el escenario fue el cementerio de Carboneras. Todos estos macabros descubrimientos tuvieron una fecha clave el 19 de septiembre de 1990.
El último caso, que transcendió tuvo lugar en Alhama de Almería. Ese día coincidía con una cena de despedida del cura párroco del pueblo, destinado a otra localidad. Ese día, por la mañana, tras una noche de tormenta, se descubrió en la puerta del cementerio, una especie de plataforma utilizada como un altar, recubierta con una sabana blanca. A su lado, dos cabritos decapitados. Completaban la escena varios velones, vasos de colores con restos de sangre animal, alimentos y diversas cruces invertidas, elementos todos ellos utilizados para la celebración de las denominadas misas negras. Tras los siniestros descubrimientos, la Guardia Civil investigó a varias personas por su presunta relación con la celebración de estos rituales satánicos.
Fuentes de la Guardia Civil informaron que “las tres misas negras guardaban cierta similitud, lo que hizo suponer que fueron realizadas por las mismas personas”.
La existencia de una misma secta, practicante de estos rituales, se fundamentó en el último hallazgo descubierto en el cementerio de La Cañada. Allí se localizaron, al igual que en los casos anteriores, restos de un cordero degollado y cuencos de barro similares a los hallados en los anteriores puntos negros. La Guardia Civil activó un dispositivo de control y vigilancia en determinados cementerios de la provincia.
Dentro de las hipótesis barajadas por la Policía Judicial, no se descartó que lo sucedido fuera producto de las acciones de un grupo de gamberros, quienes aprovechando los últimos fenómenos meteorológicos- fuertes tormentas durante la noche- emulasen estos ritos clásicos de adoración demoníaca. El obispado hizo un llamamiento para que no se hiciesen actos de este tipo.
El 2 de marzo de 2011 el templo de Las Salinas de Cabo de Gata amaneció cubierto de pintadas propias de un ritual satánico, con símbolos y frases de invocaciones en latín que aludían a Lucifer. Según el Obispado la iglesia había sido anteriormente escenario de rituales y ceremonias ligadas a las sectas satánicas.
Los ventanales y las puertas habían sido destrozados y el acceso de cualquiera era bastante sencillo. En esas fechas el sacerdote y catedrático de la Facultad de Teología Manuel Guerra estimó la presencia de medio centenar de sectas satánicas en España, siendo el levante una de las zonas con mayor implantación citando Almería, Murcia y Málaga entre las que estaban experimentando un crecimiento considerable de los grupos de personas fascinadas por lo oculto. El rebrote del demonismo llegó a la provincia de Almería a través de la secta conocida como Hijos de Lucifer.
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