La noticia saltó como un rayo a los medios de comunicación tanto en los de Almería como a nivel nacional. La fotografía en primer plano del tanque y las declaraciones ante los periodistas de su único protagonista, ocuparon su tiempo en la Prensa, Radio y Televisión. Corría el mes de noviembre de 2005. Un ex coronel del Ejército británico, asentado en Albox donde llevaba ya varios años residiendo junto a su familia, fue interceptado cuando circulaba de forma habitual con su carro militar y hasta entonces sin ningún tipo de problemas por las zonas agrícolas del extrarradio de la localidad. Pero ese día al descolocado militar se le fue “la pinza” y fue más allá. Sintió la tentación de acercarse al pueblo a hacer la compra. Así sin encomendarse a nadie irrumpió por las calles céntricas del pueblo a bordo de su “singular” vehículo de más de quince toneladas en el momento en que se estaba celebrando el habitual mercadillo semanal con más gente en las calles de lo habitual por esta circunstancia.
Según confirmaron entonces fuentes de la Policía Local de Albox, el ex militar aparcó “el tanque” en la acera junto a otros turismos y se bajó del mismo dirigiéndose a uno de los puestos de venta ambulante, ante el asombro de vendedores y compradores. Lo cierto es que el hombre solo quería hacerse con una buena provisión de verduras y otras viandas. Con el revuelo que se originó ante la presencia del “extraño vehículo” circulando por el mercadillo como Pedro por su casa, a alguien se le ocurrió avisar a la Guardia Civil para saber si era o no esto algo normal ya que a Michael John Creagh se le había visto otras veces circulando con su tanque por los cerros y ramblas de la periferia, pero nunca se había atrevido a llegar con el carro militar hasta el centro del pueblo.
Momentos más tarde se presentaba en el lugar una patrulla de la Benemérita, cuyos agentes tras una breve entrevista con el militar británico decidió en un primer momento para evitar cualquier tipo de desorden público, intervenir el tanque y trasladarlo al depósito municipal de vehículos. El ex militar acató la decisión, pero una vez trascendida la noticia, el coronel Michael John Creagh, a preguntas de los informadores se limitó a encogerse de hombros manifestando en un chapurreado español que en su tierra es muy corriente salir con el tanque a dar un paseo los domingos. Al parecer en Inglaterra es normal este tipo de situaciones y que los militares conserven este material usado de recuerdo tras acabar su periplo en las milicias.
El coronel retirado había comprado el carro de combate ‘Hammer’ - FV 203 Spartan- en una subasta de material militar en desuso en Inglaterra por unos 24.000 euros y una vez que obtuvo todos los papeles y documentación en regla, se lo trajo a España. A pesar de ser un tanque militar auténtico, cuyo sistema de arrastre funciona por cadenas, era público y notorio que la población no corría ningún tipo de riesgo o peligro dado que el “vehículo” no tenía cañones ni ningún tipo de armamento en su interior.
Michael John Creagh pretendía que su tanque fuese legal intentado pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) como vehículo histórico de colección, pero en los primeros momentos, no pudo ser porque la señal de vehículo especial estaba mal colocada y porque no supo explicar entonces - a los técnicos de tráfico, que se encargaron de comprobar si el tanque era apto para la circulación- cuál era el peso sin carga de su singular vehículo. Así es el mundo de las cosas raras que nos rodean.
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