María Alcalde de 43 años recibió sepultura en el cementerio de Adra el 26 de enero de 2004. Más de 200 vecinos acudieron al funeral por su alma en la iglesia parroquial. Su hija de 23 años, disminuida psíquica, permanecía ese mismo día ingresada en el Hospital de Poniente después que fuera golpeada y violada por los mismos asesinos de su madre la madrugada del domingo 25 de enero. El 29 de enero, una vez dada de alta clínica fue internada en un centro especializado para personas con este tipo de problemas. Las heridas físicas sanaron, pero las psicológicas tardaron en cerrarse necesitando mucho cariño y apoyo por la familia.
El 25 de enero el cuerpo sin vida de María Alcalde, con signos externos de violencia apareció entre unos caminos de invernaderos en el paraje del Camino de la Botella a unos cincuenta metros de la entrada a la barriada abderitana de Puente del Río. Se halló en un punto rodeada de basuras, restos de hortalizas descompuestos, entre invernaderos. Fue en torno a las ocho y cuarto de la mañana, cuando un agricultor que se dirigía a su finca se encontró casualmente con el cadáver junto a un talud del camino tumbada boca arriba y con la cara tumefacta tras haber sido estrangulada. En el resto del cuerpo también se apreciaron magulladuras y hematomas que denotaron la violencia con la que había sido tratada. María fue violada y asesinada por defender a su hija.
Tras comprobar la situación, traumatizado por el descubrimiento se dirigió de inmediato al cuartel de la Policía Local de Adra donde informó del hallazgo.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Berja, ordenó las investigaciones preliminares del crimen a la Policía Judicial de la Guardia Civil, al tiempo que decretaba el caso secreto del sumario. Los agentes tomaron todo tipo de pruebas buscando pistas o algún rastro que les permitiera reconstruir lo ocurrido. María Alcalde era viuda, madre de tres hijos y residía en Puente del Río.
Al parecer la hija de la víctima, la tarde antes del crimen fue a Adra donde estuvo con unos amigos y de noche tras perder el autobús regresó a su casa en una motocicleta con un hombre que se dirigía hasta Puente del Río. Se sabe que por el camino donde apareció el cadáver una patrulla de la Policía Local estuvo en la zona alertada por unos vecinos alarmados por unos ruidos Una hora más tarde, fue avisada una patrulla de la Guardia Civil desde el club Los Pinos ya que había una serie de personas armando escándalo.
Parecer ser que la noche del sábado la muchacha discutió con la madre ya que no le gustaba que saliese de noche, pero unas horas después salió sin que la madre se diera cuenta. La muchacha se encontró con los individuos promotores del altercado en el club quienes la forzaron y agredieron sexualmente.
Maria Alcalde alarmada por la ausencia de la hija salió en su búsqueda encontrándose con lo individuos y al enfrentarse a ellos para defender a su hija ante los abusos a la que estaba siendo sometida, uno de los individuos la golpeó violentamente y finalmente estrangularla.
La muchacha ajena a todo cuanto le ocurrió a la madre volvió de nuevo a la casa. Cuando la Policía Local halló cadáver se presentó en la vivienda y la joven pese a su estado de nerviosismo y su padecimiento psíquico dio datos y pistas sobre la identidad de los individuos que la habían forzado sexualmente y agredieron a su madre.
Se consideró que el crimen pudo producirse entre las tres y las ocho de la mañana franja horaria comprendida entre la última vez que por la zona pasó un patrullero de la Guardia Civil y el momento en que el cadáver lo descubrió un vecino.
La muchacha estuvo varios días hospitalizada víctima de la agresión y violación dándose la terrible circunstancia que un año antes, el 5 de enero de 2003 sufrió otra brutal violación en esta misma localidad por parte de dos individuos de nacionalidad marroquí que fueron detenidos por la Guardia Civil. La muchacha tuvo que ser intervenida quirúrgicamente de distintas lesiones vaginales, después que fuese trasladada al hospital de Poniente.
El lunes 26 de enero, se tenían centradas las sospechas en determinadas personas que podían tener relación con los hechos. Cuarenta y ocho horas después del crimen, la Guardia Civil ya había arrestado a cinco personas.
Tres de ellos fueron localizados en La Rabita, en un pequeño cortijo deshabitado como autores materiales del brutal asesinato mientras los otros dos restantes lo fueron como encubridores. Todos llevaban desde el mes de diciembre residiendo circunstancialmente por la zona procedente de Albuñol.
La Audiencia Provincial de Almería los condenó a 36 años de prisión por dos delitos de violación y uno de homicidio.
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