Por qué tienes que tener cuidado a la hora de elegir tu disfraz de Halloween

Ante la cercanía de Halloween, la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía está poniendo el foco en los disfraces, máscaras y caretas que tanto se compran en estas fechas. Estos accesorios festivos deben cumplir los requisitos de seguridad, por ello, la Junta ha intensificado la campaña de inspección para la evaluación de los productos.

¿Qué criterios hay que tener en cuenta?

Uno de los puntos críticos es la seguridad de los productos destinados a menores. Es fundamental elegir disfraces apropiados para la edad. La primera fuente de información para los consumidores es la etiqueta. Esta proporciona detalles cruciales, como la edad recomendada, consejos de seguridad y la empresa responsable del producto.

Es importante destacar que los productos destinados a menores de 14 años que se comercializan en la Unión Europea deben llevar el marcado CE, ya que se consideran juguetes. Las instrucciones de uso y las advertencias de seguridad son información vital antes de comprar o usar disfraces, máscaras y otros productos relacionados.

Por ejemplo, en el caso de las máscaras, se debe verificar que cuenten con suficientes orificios de ventilación para evitar posibles problemas de asfixia. Los disfraces infantiles no deben contener piezas pequeñas, bordes afilados o cordones en la zona del cuello, para evitar riesgos de atragantamiento y cortes.

El etiquetado es importante si uno tiene intención de comprar y usar maquillaje. Debe detallar la denominación del producto, los datos del fabricante o responsable, la fecha de caducidad o precauciones, y la lista de ingredientes. Esto es fundamental para evitar posibles alergias. En el caso de las lentillas, se deben adquirir en establecimientos con personal cualificado y contar con etiquetado en español.

La Junta anima a denunciar cualquier producto que hayan visto o comprado y que se considere inseguro ante la Administración de Consumo. Para ello basta con proporcionar detalles sobre el lugar de compra y, si es posible, aporta facturas y otras pruebas.

La falta de información en la etiqueta del producto es un signo claro de altera a los consumidores, ya que indica el origen del producto, marca, lote, referencia, empresa responsable y lugar de fabricación o importación.