Ariel secuestrado en ‘Pobre Diabla’

El joven heredero de la familia Mejía Guzmán es víctima de un secuestro.

La Voz
Pilar Martínez Manzanares
01:51 • 19 oct. 2024 / actualizado a las 02:06 • 19 oct. 2024

Desde que Ariel entró en la vida de Marcela, esta ha perdido el sentido. Su existencia se torna ahora amarga y llena de desasosiego. Lucía, la madre de Marcela, quiere sacar el mayor partido posible de la herencia de los Mejía Guzmán. Por eso, aconseja a su hija que siga adelante con su relación con Ariel. Lucía insta a Marcela a desoír los consejos de su amiga Chepa, a quien considera una bribona que solo la induce a cometer graves errores. «No hagas caso a tu amiga, no vuelas con Luis Eloy. Centra toda tu atención en Ariel», dice Lucía.



Mucho miedo...



Para colmo de males, Emilce no cesa en su empeño de conquistar a Ariel. Marcela sabe que es la peor de las rivales, pues es capaz de utilizar cualquier artimaña para conseguir lo que desea. Además, Marcela tiene otro temor que le ronda la cabeza. La joven es consciente, y más tras la muerte de Teresa, de que alguien intenta deshacerse de ella y tiene miedo de que vuelvan a atentar contra su vida.



Un suceso terrible



Desoyendo los consejos de su madre, Marcela vuelve a citarse con Luis Eloy y le visita nuevamente en su casa. Allí encuentra sosiego, además, de sentirse amada y querida. Marcela quiere cumplir con la promesa que



selló con Alma: alejarse de Ariel y centrarse en intentar hacer renace el amor que sentía por su expareja. Mientras, los secuestradores de Ariel Jr. le obligan a llamar a Alma y pedir un rescate por él.



En casa de su exnovio, Marcela se entera de que Ariel Jr. ha sido secuestrado. Desesperada, cree no haber entendido bien las palabras que ha escuchado y Luis Eloy intenta calmarla y hacerle entrar en razón. «Alma me acaba de llamar y me ha dicho que han secuestrado a Ariel». Luis Eloy intenta calmarla, pero nada de lo que dice surte efecto.



Un corazón roto

Marcela se precipita hacia la puerta de la casa y sale corriendo camino de la editorial para saber cuál es el destino de Ariel. Allí se encuentra a Emilce y, al ver la expresión de su rostro, se da cuenta de que es verdad lo que Alma le ha dicho. Ariel ha sido secuestrado por unos delincuentes, que ya se han puesto en contacto con sus familiares para pedir un sustancioso rescate. La noticia del rapto del joven acapara todos los espacios informativos de las principales cadenas de televisión.


Un rescate cuantioso

Los secuestradores piden una cantidad muy alta para entregar a Ariel con vida. Solo la matriarca de los Mejía Guzmán posee dicha suma. Sin embargo, doña Roberta cree que Marcela ha organizado el secuestro para hacerse con su dinero y se niega a desembolsar lo que los secuestradores piden. "No voy a pagar nada. Estoy segura de que todo esto es un teatro de esa mujerzuela. No ha tenido bastante con quedarse con el dinero de mi hijo, que ahora quiere hacerse también con el mío", sentencia furiosa doña Roberta.


Sospechas infundadas

Laura y Clotilde tratan de hacer entrar en razón a su madre, pues ellas no comparten su opinión sobre lo que está sucediendo. «Marcela jamás haría algo así», dicen ambas. Por su parte, Diego apoya a su suegra y le exige a su mujer y a su cuñada que no se entrometan en este asunto.


Mientras tanto, Ariel pasa por los peores momentos de su vida. Impotente, solo puede esperar la evolución de los acontecimientos. No obstante, su malestar se agrava al escuchar una conversación telefónica de uno de sus secuestradores en la que menciona a Marcela. Ariel empieza a sospechar que su amada está relacionada con su secuestro y se deprime.


Parece, que las únicas que tienen un interés sincero en rescatar a Ariel de su trágica situación son Marcela y Alma. La primera convoca una rueda de prensa para hacer saber a los secuestradores que negociará con

ellos. Los secuestradores, que conocen perfectamente la situación económica de Marcela, deciden citarla

en un lugar apartado para hacer el intercambio.


El perdón de Marcela

Antes de que se lleve a cabo la cita, Marcela descubre que María Elena está involucrad en el secuestro. Esta última le cuenta a su amiga que Braulio, su exnovio, es quien ha secuestrado a Ariel, y que la está amenazando para que no vaya a la policía y cuente todo lo que sabe: «Se presentó en mi casa y me dijo que si hablaba, me mataría. Pero ya no puedo seguir ocultando la verdad. No puedo dejar que algo malo le pase a Ariel». Marcela perdona a María Elena por su engaño y promete que no la delatará.


Al día siguiente, acompañada de unos amigos que fingen ser vendedores ambulantes, Marcela sale el encuentro de los secuestradores. Cuando uno de a la joven, alguien le dispara matándole. El resto de secuestradores huye porque creen que se trata de una emboscada policial. En la confusión, Ariel aprovecha para escapar de sus secuestradores. Nadie lo sabe, pero Garabano es quien ha disparado, en un nuevo intento fallido de matar a Marcela. Esa bala tenía el nombre de ella.


Regreso a casa

De regreso en la mansión, Ariel, recibe el cariño de su madre, quien le recibe con los brazos abiertos. Posteriormente, Ariel, conversa con Marcela, quien niega tener nada que ver con el secuestro del que ha sido víctima. «¿No te das cuenta de que he estado a punto de dar la vida por ti?», le cuestiona ella.


Dándose cuenta de lo idiota que ha sido al creer que su amada fue la cabeza pensante del rapto, Ariel se lanza a besarla con pasión. Por su parte, Marcela, al saber que ha estado a punto de perder a Ariel, se da cuenta de que no puede cumplir su promesa de alejarse de él.


Testigo indiscreto

Escondido, Diego es testigo del romántico momento que protagonizan Ariel y Marcela. El hombre confirma así que ambos se aman. Los gestos y miradas que se intercambian ponen de relieve la profundidad de sus sentimientos. Diego le cuenta a Emilce que ha visto a Ariel y a Marcela besándose, sin saber el dolor que estas palabras causan en la mujer, pues, sin darse cuenta, Emilce se ha enamorado de Ariel, tal y como hiciera en el pasado del padre de este.


El poder de los celos

Emilce pierde el control de sus actos y acusa a Marcela ante Diego, de ser una desvergonzada: «Su apariencia

inocente es una forma de ocultar su ambición. Sedujo al viejo Ariel y, ahora que posee la herencia, ha puesto sus ojos sobre el hijo de su difunto esposo».


Diego se traslada hasta el apartamento en el que ahora vive el resto de la familia Mejía Guzmán. El hombre comunica a doña Roberta, a Laura y a Clotilde que Ariel y Marcela son amantes.


Un temor mayor

Horas más tarde, doña Roberta no puede conciliar el sueño porque no deja de darle vueltas al hecho de que los jóvenes que han venido a tomar posesión de su fortuna, han comenzado a amarse.


La mujer sabe que esto supone un gran peligro para llevar a cabo sus planes, porque si se casan, no volverá a ver nada del imperio que levantó su difunto hijo. Días más tarde, Ariel, sigue sin superar el trauma psicológico que le ha dejado el secuestro del que ha sido víctima. Apenas tiene fuerzas para vivir y necesita unas vacaciones

para reflexionar sobre su vida. «Me marcho unos días fuera del país», dice el joven a su madre y a Marcela tras hacer su maleta.


El estado de ánimo actual de Marcela, dista mucho de la alegría que le causó la liberación de su gran amor días atrás.


Ahora, todo ha vuelto a la normalidad, los Mejía Guzmán y Emilce le declaran la guerra a Marcela, nuevamente. Esta última decide seguir el ejemplo de Ariel y tomarse unas vacaciones. La joven planea ir a San Sebastián para recordar la luna de miel que disfrutó tanto con su marido. Pero sabe que necesita la compañía de alguien, pues sola se derrumbaría por los recuerdos.


Cambio de identidad

Marcela le pide a su amiga Chepa que la acompañe. Ambas se registran en un hotel de la ciudad con nombres falsos, para que nadie pueda dar con ellas y molestarlas. Sin embargo, Garabano, que las ha seguido, conoce su paradero y se traslada hasta el lugar dispuesto a matar a Marcela. La suerte vuelve a estar del lado de la joven y el sicario falla en su nuevo intento.


Ajena a lo cerca que ha estado de ser asesinada, Marcela sale a pasear por las calles de San Sebastián. Para su sorpresa, se encuentra con Ariel. El destino ha querido que ambos eligiesen el mismo sitio de vacaciones, sin saberlo.


Ninguno de los dos sabe cómo reaccionar ante este encuentro, se despiden con cierto nerviosismo.


Marcela regresa al hotel y le cuenta a Chepa lo sucedido. Esta última, cambiando de opinión, aconseja a su amiga que se dé una nueva oportunidad con Ariel.


Por su parte, Ariel se reencuentra en San Sebastián con una antigua novia y accede a salir a cenar con ella. Durante la velada, Ariel no deja de pensar en Marcela. Se da cuenta de que la ama más de lo que imaginaba y, entonces, decide dar por concluida su cita e ir en busca de su verdadero amor.


Un auténtico escándalo

Ariel recorre todos los rincones de la ciudad sin éxito, hasta que el destino hace de las suyas y la pareja vuelve a encontrarse.


Dejándose llevar por sus sentimientos, Ariel le pide matrimonio a Marcela. Alguien que los sigue muy de cerca los ve en actitud amorosa y manda un anónimo a los Mejía Guzmán. «Ariel y Marcela se han ido juntos de vacaciones para vivir libremente su amor», reza el texto. Toda la familia recibe la noticia como si se tratase de un auténtico escándalo. No pueden creer que madrastra e hijastro hayan planeado a sus espaldas un viaje romántico… ¿Qué pasaría con ellos dos si la prensa se enterase de esto?


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