Arte, religiosidad y universalidad en el Museo Clemente Gerez de Garrucha

Hasta el próximo sábado se pueden observar belenes de diversas partes del mundo

Una de los belenes de Clemente Gerez.
Una de los belenes de Clemente Gerez.
G. Ruiz
16:00 • 03 ene. 2017


“El belén es la expresión silenciosa de nuestras raíces, de nuestro arte popular y por lo tanto, tan nuestro que forma parte de nuestra historia. Alzo la voz para que esta hermosa tradición no se pierda, porque un belén grande o pequeño, se realiza con cariño, es participativo y familiar, es arte, poesía y música, pero sobre todo es, dejarle un rinconcito de nuestra casa al amor”, con estas palabras definía lo que es el Belén el artista garruchero Clemente Gerez en el magnífico pregón navideño que leyó en el auditorio de la Escuela de Música de Roquetas de Mar. Seguro que me diría exagerado si afirmo que es tan bueno con la prosa poética como con la espátula.  

Cuando se fusionan arte, religiosidad y universalidad dan lugar a exposiciones como la del artista, 'Navidad alrededor del mundo', segunda vez que la realiza de forma consecutiva y que ha hecho que se constituya un auténtico museo en uno de los lugares de trabajo del artista. 




Belenes de todo el mundo
Allí se pueden observar belenes de Palestina, con una cueva bellísima; Rusia, con las cúpulas como las que existen en un templo ortodoxo de Jerusalén; Venecia; Austria; Grecia, inspirado en la mitología griega con  figuras blancas con halo espiritual como si de dioses se tratara; Marruecos, donde el paisaje se funde con la tierra y su historia; Jordania; uno de un pueblo perdido en Oriente; Jerusalén en la época de Jesús; India, con figuras de porcelana pintadas a mano notándose el esplendor de la riqueza de los reyes y la humildad en el nacimiento; uno totalmente marinero como homenaje a las gentes de la mar; otro realizado en papiroflexia; siete en miniatura, de Italia, o de Tierra Santa, confeccionado con la madera de las pocas talas que se les dan a los olivos del huerto de Getsemaní; uno de Jade tallado en plata vieja; otro formado por 28 piezas en bronce y el más grande, el  Retablo de la Navidad, el Alfa y el Omega, Principio y Fin, donde se aprecian a la vez el Nacimiento y la Crucifixión, ésta última formando parte de un gran cuadro de Clemente. Junto a ello, también se observan obras pictóricas de Clemente Gerez y enseres y utensilios de diversos continentes.










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