‘El banquete: crónica de un ajusticiamiento’ es una obra inclasificable en cuanto a géneros. Puede ser una novela negra y un thriller político, una novela coral y surrealista, una novela costumbrista e incluso fantástica, una novela experimental y también crítica. Puede ser una mezcla de todo o nada de eso. Es más, quizá estemos ante una novela posmodernista y hasta tremendista, lo cual es una contradicción. Ni su propio autor, Antonio Cruz Romero (María, 1978), se atreve a definirla aunque tiene claro que bebe de los escritores flamencos Louis Paul Boon y Hugo Claus, por un lado, y de ‘La familia de Pascual Duarte’ de Cela, por otro.
En este libro, publicado por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA), el lenguaje es más importante que la historia en sí, actúa como un personaje principal. El relato está plagado de expresiones rurales, vulgarismos, dichos populares y un habla antigua hoy casi desconocida que responde al afán del escritor por recopilar vocablos y refranes de los pueblos de Almería. “Hubo un tiempo en que apuntaba estas palabras y refranes que tienen que ver con el tiempo y con la agricultura. Como dijo Claus, el ruralismo no tiene por qué estar reñido con la alta literatura”, considera.
Esta historia de traición tiene como trasfondo la posguerra de la Guerra Civil Española en la Andalucía rural, donde “todo el mundo se conoce y el ambiente es si cabe más hostil que en la ciudad”. “Hay gente de un bando y de otro, los perdedores y los vencedores, familias totalmente enemistadas. La novela en sí no tiene ninguna lectura política, pero hay una cosa que queda clara: lo nefasta que es la guerra y más una guerra civil”, apunta.
En concreto, la trama se desarrolla en un lugar indeterminado llamado Terra Nivis, situado en el sur como “una especie de lugar esencial y mítico, un lugar indefinido con sus características peculiares”, pero con algún personaje del norte, “nadie sabe si del norte al norte o del norte de España”.
Y esa Terra Nivis tiene mucho de Los Vélez, donde se hunden las raíces de Antonio Cruz Romero, que ya situó en el mapa literario esta ‘tierra de nieves’ en su libro de relatos ‘Cuentos macabros y de terror’, publicado antes aunque escrito después de éste.
Para ser más exactos, los hechos ocurren en una taberna -“micromundo y a la vez universo, lugar de encuentro y de socialización”- en la que algunos parecen haber pasado la vida entera y todo está regado por el vino como metáfora de la vida, como fuente de vida. Y en esa taberna en la que aparentemente no se hace más que jugar a las cartas y beber se articula una resistencia al régimen franquista.
Bueno, también se escucha música de calidad, ya que el autor se permite la licencia de introducir el jazz y el blues -sí, en una taberna de la Almería rural de los años 50- hasta el punto de que marcan el ritmo de la novela.
Los personajes
Los personajes de ‘El banquete: crónica de un ajusticiamiento’ actúan de modo asociativo, casi como un rebaño, lo que resalta “la parte animal del hombre”, cuando sigue a un líder en masa sin hacerse preguntas.
Entre el centenar que aparece -alguno apenas ocupa una línea sin que el lector vuelva a saber de él- predomina lo grotesco, lo defectuoso. “La mayoría tiene defectos físicos y eso está más cerca de la realidad que esta sociedad ‘photoshopeada’ en la que vivimos, lo que pasa es que todos intentamos ocultar nuestros defectos y estos personajes no”, señala Antonio Cruz Romero.
A través de sus protagonistas, Domingo Rey y Damacio el Cura, se plantea además un contrapunto narrativo pues pertenecen a bandos distintos. Sin embargo, la guerra igualará a todos.
Además de la traición, el mundo rural, el vino y el liderazgo son temas que se abordan en este libro que pese a incluir la palabra crónica en su título no está narrado como una sucesión de hechos, sino como una sucesión de anécdotas a veces absurdas.
La novela presenta asimismo una mezcla intencionada entre realidad y ficción,“se mezclan fechas, se citan hechos reales e inventados”. No en vano, Antonio Cruz Romero juega a la confusión con una nota de su supuesto traductor -labor a la que también se dedica- e incluyéndose a sí mismo como narrador, o como niño que toca el saxofón.
“Cela, Delibes y Joyce hablan de las relaciones humanas y su complejidad”
En el terreno literario, Antonio Cruz Romero es, sobre todo, poeta aunque ha publicado el libro de relatos ‘Cuentos macabros y de terror’, que luego vieron la luz como ‘Cuentos macabros ilustrados’. También es traductor, editor a través del sello Ravenswood Books Editorial y firma el ensayo y antología poética ‘Poesía experimental de los cincuenta en lengua neerlandesa’. ‘El banquete: crónica de un ajusticiamiento’ es su primera novela.
El título hace un guiño al célebre diálogo sobre el amor de Platón, lo que no es de extrañar ya que en este libro hay contenidas muchas lecturas, del ‘Ulises’ de Joyce al ‘Manhattan transfer’ de John Dos Passos.
¿Qué poso han dejado? “Sobre todo en el estilo, no intento emularlos, pero es una forma inconsciente de escribir. Al final lo que has leído y visto se queda ahí. Cela, Delibes, los flamencos y Joyce hablan de las relaciones humanas, de que esas relaciones no son perfectas, de la complejidad y hasta el milagro que es relacionarse a diario”.
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