La alquimia de Axioma. La compañía celebra sus 45 años con ‘El legado’

Cloc, cloc, cloc. Un goteo que no cesa. El Patio de Luces de Diputación de Almería es ahora un laboratorio de experimentación en el que nada es lo que parece y al objeto más ordinario le aguarda una segunda vida. Le aguarda la vida. Una vida de luces y sombras. De velas y oscuridad. De títeres de madera completamente articulados que transmiten más humanidad que muchas personas. De vagones que transportan arena, relojes que dan la hora, elevadores que suben y bajan, norias que llevan agua. Como por arte de magia. Todo funciona como parte de un engranaje perfectamente engrasado. El engranaje del tea­tro. O mejor. El alquímico engranaje de Axioma.

En Almería, para hablar de cultura, pero sobre todo para hablar de teatro, se debería usar como vara de medir lo que ha conseguido Axioma. No por sus 45 años de trayectoria, ni por su Premio Max al mejor espectáculo revelación en 2005 por ‘El compromiso’, entre otros galardones. Lo que hace grande a esta compañía es su inquebrantable fe en una forma de hacer las cosas que tiene que ver con “los carromatos de los cómicos que inundaban de felicidad y de responsabilidad las plazas de los pueblos”, según el profesor y fundador de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, Antonio Serrano.

Y la cosa no queda ahí. Porque el jueves en el estreno de ‘El legado’ -obra con la que Axioma celebra su aniversario-, Serrano los comparó con los cómicos de la legua, con La Barraca de Federico García Lorca y con las Misiones Pedagógicas de Alejandro Casona y María Zambrano.

La compañía almeriense ha estado “pegada a los cambios de este país, a su historia y a la historia de la provincia” en el último medio siglo. Así lo afirmó Carlos Góngora, alma máter del grupo junto a Gloria Zapata. 

El ‘teatrero’ relató anécdotas como la de aquel verano de los 70 cuando, durante una actuación en Gérgal, sufrieron las consecuencias de la combinación entre una chumbera pegada al escenario y el viento. O la de la furgoneta Lanzallamas, cuyo motor había que refrescar cada 30 kilómetros. O ese experimento casi sociológico a través del que cada integrante de Axioma pasaba una semana en casa de un vecino de la provincia en un intento de recoger la historia de los pueblos de Almería.

En ese sentido, el vicepresidente de Diputación, Javier A. García, aseguró que el veterano grupo se conoce la geografía provincial “palmo a palmo” y que muchos niños almerienses han visto su primera obra teatral gracias al buen hacer de Axioma.

Metáfora teatral
“El legado’, el montaje que estrenamos hoy [por el jueves], es una metáfora de la vida de Axioma; de hecho, todo lo que hay en la escenografía ha sido utilizado en estos 45 años de historia”, puntualizó Carlos Góngora. Y señaló que de cara al futuro la compañía inicia una nueva etapa en la que intentarán llevar a cabo un trabajo más “cercano y solidario”, si cabe, a través de “un proyecto único en España”. 

Las luces bajan. El público enmudece. Una oscura presencia enciende las velas. El reloj suena. Un chamán articulado invoca a los espíritus de ayer y de hoy. A los cómicos de ayer y de hoy. Y un goteo que no cesa. Cloc, cloc, cloc.