Aquellos maravillosos dibujos. Juan José Zanoletty repasa la edad de oro de la animación española

“Eran uno, dos y tres...”. No hay que escribir más para que quien lea esta frase, aunque sea sin música, se vea de nuevo frente al televisor en la sobremesa de algún fin de semana de principios de los ochenta. La introducción de ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’, como las de ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’ y ‘David, el gnomo’, no solo sirve de combustible para movimientos nostálgicos como ‘Yo fui a EGB’ sino que es la puerta de entrada a una edad de oro para la animación española. Un tiempo que Juan José Zanoletty (Almería, 1972) repasa ahora en el libro ‘Gnomos, naranjitos y mosqueperros’, publicado por Diábolo Ediciones.

Estos títulos comparten el sello de la compañía BRB International, fundada por el mallorquín Claudio Biern Boyd a principios de los setenta. Sin embargo, Zanoletty aclara que la obra no se centra en la productora sino en las “series clásicas” que tuvieron una repercusión mundial. Porque sí, las versiones ‘animales’ de los clásicos de Alejandro Dumas y Julio Verne fueron un auténtico bombazo en todo el planeta. “En Gran Bretaña, por ejemplo, ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ tuvo un éxito terrible. De hecho, Alan Moore, en uno de sus cómics, introduce en una viñeta a D’Artacán a modo de cameo como un homenaje”, cuenta el autor de la publicación a LA VOZ.

Y si los británicos hicieron suyo al héroe perruno, muchos en España pensaban que tanto él como sus otros ‘colegas’ venían del lejano Oriente. “Muchos niños de la época pensábamos que eran dibujos japones”, dice Zanoletty. Algo comprensible: BRB, que comenzó como empresa de ‘merchandising’, distribuyeron en España ‘Heidi’, ‘Marco’ y ‘La abeja Maya’. Y cuando se introdujeron en la producción, encargaron sus primeros títulos a los japoneses Nippon Animation, responsables de dar vida a ‘Ruy, el pequeño Cid’, ‘Fútbol en acción’ (Naranjito), ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ y su secuela, ‘El retorno de D’Artacán’, y ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’. “En aquella época, el tejido industrial español era muy mediocre y podías tardar cuatro meses en hacer un capítulo que no cobrabas hasta que estuviera terminado. Eso hacía inviable una serie de larga duración. Este modelo de producción tiene sus fieles y sus detractores pero casi todas las productoras encargan la animación a compañías de otros países”. 

Años después, con la subida del yen, BRB International elige a los taiwaneses Wang Film para ‘David, el gnomo’. “Tardan dos años y es el éxito más grande de la compañía. Es la serie española más importante de la historia de la animación. Les permite hacer dinero y generar industria. Y aún hoy siguen vendiendo ‘merchandising’ sobre ella”.

‘Gnomos, naranjitos y mosqueperros’, para el que el almeriense ha invertido más de seis meses de preparación, aborda además las características principales de las series infantiles con el sello de BRB. “Intentaban adaptar obras universales y tenían un gran trabajo de documentación, buscando por ejemplo que los elementos de los fondos fueran realistas. Apenas hay anacronismos y respetan las historias. Están totalmente pensadas para el público infantil, no hay segundas lecturas para los adultos. Y venden valores como la amistad y la tolerancia aunque tuvieran grandes dosis de acción y aventuras”.

Eso sí, hay que verlas con la perspectiva de la época. “Suavizaban la violencia pero hay algunas cosas que hoy serían políticamente incorrectas, como cuando David, el gnomo dice que hay que educar a las niñas en cosas propias de su sexo. Obviamente, hoy no pensamos igual que hace cuarenta años: si no, nos cargaríamos todo Disney. Pero todo eso está en el libro, porque es un tema que además me parece divertido”.

Animando desde Moviola Films
Un grupo de autónomos integra la productora Moviola Films, con sede en Almería, en la calle Minas de Gádor, donde además ofrecen venta de cómics y saldos en su plataforma online. Producen todo tipo de contenidos aunque están centrados en la animación. Como realizador, Zanoletty es autor de producciones como ‘El norte’, que recibió el premio al mejor corto almeriense en la última edición del Festival Internacional de Cine de Almería. También da talleres relacionados con su oficio.