La obra de Antonio López Díaz (Alhama de Almería, 1928-Almería, 2015) ha regresado a su tierra natal hasta mediados del próximo mes de enero. El Museo de la localidad acoge desde el 2 de diciembre una antológica que también sirve de inspiración para el libro ‘Antonio López Díaz, el indaliano del relieve’, una publicación del Instituto de Estudios Almerienses (IEA) escrita por María Dolores Durán. Se trata de la primera edición en papel de esta obra, que además actualiza y amplia en información la versión original, lanzada en formato digital hace tres años.
“El libro analiza la vida del pintor desde el primer momento en que conecta con Perceval, cuando tenía unos 11 años, hasta el momento en el que fallece”, explica la historiadora almeriense.
En el Museo alhameño puede contemplarse cincuenta obras pictóricas más diez esculturas. “Están sus cuadros más importantes, como los que llevó en el año 1947 al Museo de Arte Moderno de Madrid, y su última etapa, ya en el siglo XXI, en la que entra en la abstracción, lo que él denominaba sugerencias y donde cambió radicalmente la pintura figurativa que había realizado durante toda su vida”.
Para Durán, la primera etapa de López Díaz es “una de las mejores” de su trayectoria. Algo que adquiere más valor al ser el alhameño un autodidacta que se formó “trabajando en el taller de Perceval.”
De aquellos años es, por ejemplo, un autorretrato de 1945, al que se conoce ‘El pincelista’, que puede ver en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid,
A principios de la década de los años cincuenta, tras varios años trabajando junto a los indalianos, López Díaz se marcha a Brasil. “Allí trabaja mucho la escultura, haciendo tanto obra civil como religiosa”, dice Durán. De ahí el apelativo del ‘indaliano del relieve’ que da título tanto a la exposición que ahora le recuerda en Alhama como al libro.
Después de Brasil
A su regreso a España, en los setenta, volverá a la pintura. De ahí nacen creaciones como ‘Niña tendiendo’ (1974), otra de las favoritas de María Dolores Durán. “Al volver de Brasil su obra presenta un colorido más fuerte, más vivo, como si hubiera impregnado del carnaval. Es algo que se aprecia en este cuadro, que además entronca con los postulados indalianos: se muestra La Chanca bañada por la luz del Mediterráneo y la niña que aparece tendiendo se presenta con dignidad, una estampa alejada de la imagen de pobreza”.
Tanto el libro de María Dolores Durán como la muestra organizada en Alhama -ambas cosas han sido realidad gracias al empeño del área de Presidencia de la Diputación y al Ayuntamiento de la localidad- profundiza en la faceta escultórica de López Díaz.
“Muchas de las esculturas que se pueden ver, a tamaño pequeño, han sido la base de otras, como ‘El naranjero’, que lo tiene Gádor, ‘El parralero’, que se proyectó para Canjáyar, o ‘La emporronadora’, que es de Alhama”.
También se expone un busto del propio López Díaz, que además recogió al resto de indalianos en un total de siete bustos. “Están hechos en escayola y lo suyo sería que pudieran realizarse en bronce y exponerse en algún lugar de la ciudad, como por ejemplo el Museo de Arte Doña Pakyta. Quizás de cara a su ampliación, como propuse al área de Cultura”, expone Durán.
La familia arropa la obra del artista
La inauguración contó con los hijos de López Díaz (Ángel, Mª Ángeles, Francisco y David) y sus nietos (Ymina López, María Azahar López, Fabio Molina, Sergio López, Dani López y Kinga, en la segunda foto). Durán estuvo acompañada por el alcalde Cristóbal Rodríguez; Mª Carmen Amate, directora de ‘El eco de Alhama’; y Dolores Martínez, diputada.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/143125/alhama-repasa-la-obra-del-indaliano-del-relieve
Temas relacionados
-
Carnaval
-
Arte
-
Exposiciones
-
Alhama de Almería
-
Diputación de Almería
-
Canjáyar
-
Gádor
-
La Chanca
-
Cultura
-
Monarquía
-
Historia
-
Museos
-
IEA (Instituto de Estudios Almerienses)