Entre las Ritas del mundo

Dentro de la semana de la Mujer, llegaba el pasado miércoles la última de las Lecturas Dramatizadas de `Migrantes`. Seis Ritas se abrían paso con la intenci&oacute

Montaje obra de Abel La Calle de la lectura celebrada el miércoles.
Montaje obra de Abel La Calle de la lectura celebrada el miércoles. La Voz
Mar de los Ríos
21:29 • 09 mar. 2018

Este ciclo de citas literarias se ha venido desarrollando en la Biblioteca Villaespesa desde el pasado diciembre. Acudieron para clausurarlo: el delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, Ascensión Rodríguez, coordinadora del club de lectura de textos dramatizados de la Villaespesa, y Paco Checa, del Laboratorio de Antropología Social y Cultural de la UAL. Con Ritas, del autor Antonio Zancada, se ponía el broche de oro a esta interesantísima iniciativa, interpretado por la afinada actriz Eva López. Si el Arte aspirar a sacudirnos, las preguntas quedan flotando en el aire sobre temas tan antiguos como candentes tales como la migración. Y el primer envite al que el público se ve sometido es al hecho de que las protagonistas nunca dejan el sitio que las vio nacer por capricho. Abandonar con lo puesto su vida, lanzándose de cabeza a la incertidumbre, es desesperación. Y todo su mundo nos es brindado en primera persona por seis mujeres. Esto es: Ritas.




Rita china de Pinto
Soy china, Malgalita, Lita con ele. Pero soy perfectamente capaz de pronunciar la erre: horror, guerra, martirio, represión... A mi madre le encantaba la copla y deseaba tener una hija china española a la que no tuviera que renunciar después de tener a mi hermano José. Pusimos una tiendita de toda la vida, un ultramarino, porque el dueño se fue a Alemania. Y todo el mundo comenzó a llamarlo El chino. No vivimos en la tienda, sí abrimos más horas que nadie, cosas de esta cultura ancestral. A mí me gustan las chicas. Yo no me siento diferente por ser china, mujer y lesbiana, no me han salido bultos. Me dicen que soy muy moderna, yo no me noto nada. Claro, como la gente no te mira por dentro, pues no te ve.




Rita árabe
Hoy le he puesto a mi marido una manta por encima para divertirme. Le hecho un agujero para que viera, luego se lo he cambiado por una tela más fina y se ha sentido invisible, se ha sentido sombra. Luego se lo he quitado y le he puesto un esparadrapo en la boca, por divertirme, solo por un rato. Le he quitado el esparadrapo y entonces se le ha caído la venda de los ojos. Lo he dejado desnudo. 




Rita senegalesa
Soy de Senegal y más negra que la negra noche. Vine hace mucho tiempo. ¿Te imaginas que te corten una pierna? Te la cortan porque sí, porque eres niña. ¡Mamá, yo quiero caminar! Pero como ella no pudo, no lo  entiende. Y te manda a unas señoras con las piernas enanas. Yo corrí con estas dos hermosas piernas; nadé en aguas heladas, me escapé de ser una mujer a medias. ¿Qué hay de malo en sentir como siente una mujer? Tengo un país hermoso y procuro no odiarlo. Yo quiero correr, correrme de gusto cada vez que me toquen... las piernas.




Rita cubana
Mi madre se fue a España y yo me quedé con mi abuela. Me imagino allá enormes edificios de cinco plantas y a mamá que me espera en todas ellas. Y mientras limpia canta. Ya soy profesora y buscaré trabajo en alguna escuela. Mi madre es una poetisa cubana que escribe en España mientras limpia escaleras.




Rita vasca
Me llamo Rita, soy la típica científica española eficiente y preparada en exceso. Estaba trabajando con tres carreras en la verdulería de mi abuela. ¿Y qué futuro vas a tener por ahí fuera? Quédate aquí entre las berzas y las berenjenas, que progresar no progresas, pero la vida la tienes ya hecha. La NASA me espera, que yo lo noto. Que las migraciones no son de decentes, dice mi abuela, que cuando la gente se va, se va a no ser buena. Entonces las coles serán todas malas porque vienen todas de Bruselas. Prefiero echarte de menos e intentar ser completa, a quedarme aquí harta y muerta de pena.




Rita intolerada
Voy a poner cara de profundidad y decir algo verdaderamente  idiota y así alguien pensará que soy lista. Veo en la gente de alrededor una constante fiesta de tolerancia. Me planteo muy pocas cosas, marea dar vueltas sobre una misma. Y un día me puse en mitad de todas partes para que me dijese alguien aunque solo fuese: ¡quítate de en medio!  Y llegaste tú y me dio miedo no odiarme o no odiarte, eras todo lo contrario a lo que buscaba, si es que busco algo. Eras de sol y yo vivo helada por dentro. Tienes hasta carrera universitaria, vas vendiendo pulseras en el país que tanto defiendo. Y ahora, ¿qué hago yo con todo este odio? Resulta que eres persona y que no hay que entender más que eso. Te digo que te quiero y vuelvo a nacer y crecer de nuevo. Te llevo dentro de mí, y es una niña. Se llamará Rita, ella es mi princesa, mezcla de hielo y fuego. Que no te falta el calor en tu vida, que no te sientas solas, que el mundo te rodee de abrazos, que aprendas a querer y a ser querida, y como el fuego brilles siempre. 




Con esta mixtura elegante de argumentos bien hilados con: ternura, enjundia y sentido del humor,  Antonio y Eva, autor y actriz, nos regalaban en esta semana de mujeres un canto a la necesidad de trabajar por un mundo donde nos miremos a los ojos y seamos capaces de vernos por dentro. Así sea. Enhorabuena.



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