Retratos de la calle. La prostitución de Almería al desnudo

Hoy finaliza una exposición acogida por el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) que, valga el tópico, no ha dejado indiferente a nadie. Pocos de los que han podido contemplar las fotografías de Rubén García han pasado de largo sin una cara de asombro, una muesca de disgusto, o una expresión de incomodidad. 

‘Prostitución. Retratos de una vida en la calle’ es una colección de retratos que ha llevado al fotógrafo almeriense a girar por media España gracias a un trabajo de casi cuatro años (2011-2014) en el que ha plasmado las caras y cuerpos, casi siempre desnudos, de casi 30 prostitutas, clientes y ‘chulos’ de Almería.

García, que no se dedica a tiempo completo a su faceta artística, comenzó su andadura en el mundo de la cámara realizando autorretratos y experimentando con la fotografía artística. “Pronto me di cuenta que, en realidad, lo que más me atraía era el retrato”, explica Rubén. El fotógrafo, vecino de el barrio de El Puche desde siempre, tuvo un día la fijación de empezar a capturar a las trabajadoras de la calle. “Me interesa el rostro, trato de sacar la esencia  de la persona”.

Sin embargo, el trabajo de destilar esa esencia resulta especialmente arduo cuando se abarca una temática como esta: “una de las labores más complicadas fue la de tratar de convencer a las modelos de que accedieran a posar”, comenta. Sin embargo, y aunque resulte paradójico, el almeriense relata también con interés los quebraderos de cabeza que le llevó el encontrar localizaciones apropiadas para realizar las instantáneas: “necesitaba fondos con unas características muy concretas; que fueran neutros, para no distraer la vista del espectador, que estuvieran apartados, ya que las fotos eran muchas veces de desnudos y que, además, no se salieran del contexto en el que se encontraban los propios retratados”.

Crítica social
“El propósito principal de este trabajo fotográfico es denunciar la baja condición de vida que sufren estas personas”. Rubén aborda la fotografía y, en concreto, el retrato desde un punto de vista íntimo y personal: “No deseo ‘retratar la vida en la calle’, tal así como suena, ni capturar el día a día de los personajes,  mi interés recae en la fotografía pura de retrato, tal y como Dios los trajo al mundo”,  y añade, “Me atrevo a decir que mis fotografías son un manifiesto de la dignidad”.

“Es admirable la valentía de estas mujeres que han posado ante mi objetivo y ante una sociedad que las repele continuamente”, concluye.

Cara a cara con sus modelos 

Acompañando a la exposición, cuyos fondos han sido donados al CAF, Rubén García autoeditó un libro con una selección de las fotografías que la componen. Uno de los aspectos que más destaca de esta obra es que, además de compilar su trabajo como retratista, realiza una serie de entrevistas en las que se reflejan declaraciones desgarradoras: “Hice un cuestionario que planteaba a todo el que posaba para mí”, detalla. Aspectos de vidas en la calle, consumidas por la droga que acompañan a la perfección a las fotografías.