Desde que se creó TVE, las fiestas navideñas televisivas, todas las pantallas, han llevado permanentemente a personajes almerienses como Manolo Escobar o Encarna Sánchez. La irrupción de David Bisbal ha ocupado y ocupa toda la actualidad mundial de la música en todas las plataformas. Los pertinaces envidiosos, afortunadamente pocos, aseguraban que Bisbal tenía simpatía pero carecía de fondo y de idiomas. Se equivocaron desde el minuto cero. Tendremos Bisbal, admirado en España y América, el artista, Medalla de Andalucía, llevando el nombre de Almería durante muchas décadas.
Este año, aunque coincide con el premio Ondas, anterior del cantante, el éxito lo representa una de las primeras mujeres en visibilizar al colectivo transgénero y transexual en España. Fue Cristina Ortiz Rodríguez, la Veneno, la vedette nacida como José Antonio Ortiz Rodríguez (Adra, 1964- Madrid, 2016). Su fama fue explotada por la televisión y convertida en ficción a través de la serie, dirigida por Javier Ambrosi y Javier Calvo. Ha sido un fenómeno social de la temporada televisiva.
Premio Filming Almería de FICAL, como reconocimiento a la promoción que ha realizado de la provincia para las localizaciones de proyectos audiovisuales. El jurado del Premio Iris de la Crítica 2020, formado por una representación de críticos, periodistas y comentaristas de televisión en diversos medios de comunicación, acordó conceder este galardón a Veneno (Atresplayer Premium) “por visibilizar con su historia la transexualidad y ser un referente para la sociedad”. Abrió camino a las actrices trans y ser un fenómeno que ha traspasado la pantalla. “Por representar a la ficción española de calidad y su función de acompañamiento en tiempos de Covid”. La abderitana se convirtió en uno de los iconos LGTBI. La crítica televisiva Mariola Cubells afirma: “Ojalá mas Valerías, más Javis, más apuestas televisivas, de ficción, como estas, y menos estúpidos, menos sabelotodos, menos idiotas”.
Los premios Ondas que otorga anualmente la Cadena SER tuvo protagonismo almeriense desde los micrófonos de Radio Barcelona cuando se dieron a conocer con el Ondas para la serie Veneno sobre la mujer trans más famosa. La televisión del espectáculo de los años noventa del pasado siglo se asomó a las pantallas gracias a la abderitana. El presentador cordobés Pepe Navarro la descubrió, la sacó de la calle, donde ejercía la prostitución, para convertirla en estrella de la televisión. Si Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa pionero en el formato de variedades de la franja nocturna, late night, la abderitana fue la primera transexual que triunfó en la pequeña pantalla. La cadena hizo frente a numerosos escritos de personas que se preguntaban cómo se le daba cobertura a “un maricón”, la maldita expresión que desde muy pequeñito le decían sus vecinos y hasta su propia madre.
El Ayuntamiento de Madrid instaló una placa en abril de 2019 en la fuente de Juan de Villanueva, en el parque del Oeste, donde ella trabajó durante años. La popularidad le lanzó a hacer giras por España como vedette. Grabó dos sencillos. Hizo sus pinitos como actriz, en películas porno y en la serie de televisión En plena forma. Su carrera se truncó tras su detención e ingreso en prisión por un delito de estafa, relacionado por malas compañías que se aprovecharon de su popularidad y generosidad. Denunció haber sufrido abusos y violaciones entre rejas, lo que propició su regreso a la televisión, a los programas de corazón. En 2016 publicó: “¡Digo! Ni puta, ni santa, las memorias de La Veneno”, libro redactado por la periodista Valeria Vegas.
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