“No hay nadie que muera de amor o de pena, no tenemos memoria del dolor”

Teresa Ramírez coordina la Unidad de Daño Cerebral y la de Memoria de la Clínica Neurodem

Teresa Ramírez estudió Psicología en la UAL y se especializó en la Autónoma de Barcelona.
Teresa Ramírez estudió Psicología en la UAL y se especializó en la Autónoma de Barcelona. La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 31 ene. 2021

Teresa Ramírez (Almería, 1987) estudió Psicología en la Universidad de Almería (UAL) e hizo la especialidad en la Autónoma de Barcelona. Aunque tuvo la posibilidad de quedarse allí, decidió regresar a su ciudad para ponerse al frente de la Unidad de Daño Cerebral y la Unidad de la Memoria de la Clínica Neurológica Neurodem, donde a día de hoy sigue trabajando. "No me pesa haberme vuelto, lo que hago aquí, no podría hacerlo allí", confiesa.



Acaba de ser reelegida coordinadora de la Sección de Estudio de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y participa en un estudio sobre la secuelas neurológicas de las personas que han superado la Covid-19.



Sabemos cómo reaccionar ante un infarto o un atragantamiento, ¿pero cómo hay que actuar ante un ictus?
Lo importante es reconocer los síntomas para ir a Urgencias cuanto antes. Estos pueden ser debilidad en brazo, pierna o cara; pérdida de expresión, de comprensión del lenguaje o de visión; malestar generalizado, mareo brusco y dolor de cabeza intenso. Se instauran de manera súbita y actuar rápido es fundamental para poder acceder a determinados tratamientos. Lo que hemos visto con el tema de la Covid-19 es que la gente se espera en casa y ya no hay posibilidad de recurrir a ellos.

¿El ictus se puede prevenir?
Sí, controlando los factores de riesgo vascular -colesterol, hipertensión y azúcar- a través de una dieta equilibrada y saludable y haciendo actividad física diaria. Tenemos una ciudad con un tiempo espléndido para quien no quiera ir a gimnasio. Y la socialización también es muy importante, ya que activa nuestro cerebro.

Los niños llegan con una tablet bajo el brazo, ¿nos estamos cargando la memoria del mañana?
La memoria siempre la vamos a tener que trabajar. Lo que nos pueden traer las tecnologías son una manera de estudiar diferente, pero al final tenemos que generar ese conocimiento. Y nuestro cerebro se acostumbrará a hacerlo así.

¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos por esos pequeños olvidos?
Sin alarmar a la población, soy partidaria de hacerlo cuando aparece algún problema de memoria que no se haya tenido antes. Es decir, hay personas que son despistadas por naturaleza o padecen algún trastorno de ansiedad o depresión y es normal que olviden cosas. Pero siempre que suponga una diferencia con respecto a cómo eramos antes, más vale prevenir. Hay personas con 60 años que creen que sus olvidos son normales y luego vienen a la clínica y vemos que tienen un deterioro cognitivo avanzado.

El coronavirus está afectando mucho a la salud mental, ¿eso tendrá su reflejo en nuestro cerebro?
Todavía es pronto para saber si el estrés y la ansiedad que estamos sufriendo ocasionará una huella en nuestro cerebro, pero pacientes con enfermedades neurodegenerativas han visto cómo durante el confinamiento se han agravado sus síntomas.



Yo estoy participando en un estudio con hospitales andaluces y de otras comunidades sobre las secuelas neurológicas que deja la Covid-19 en pacientes que lo han pasado y que ya tienen una edad. Se habla de una bruma mental, una especie de fatiga o pensamiento más lento. Todavía no hay evidencias científicas, pero lo estamos investigando.

En la película ‘Olvídate de mí’, de Michel Gondry, la gente puede eliminar recuerdos dolorosos como rupturas amorosas. ¿Hay visos de que esto ocurra en un futuro?
No sé si la neurociencia irá por ahí porque mi campo de actuación es muy clínico, pero en ‘Olvídate de mí’ hay una realidad: nuestro cerebro es tan listo que borra los recuerdos negativos, nos protege de nosotros mismos. No hay nadie que muera de amor o pena, no tenemos memoria del dolor.  

Acaba de ser reelegida coordinadora de la Sección de Estudio de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neorología (SEN). A juzgar por ello, no le ha penalizado en su carrera el hecho de quedarse en Almería.
Tuve la opción de quedarme en Barcelona, pero surgió el proyecto de la clínica Neurodem, donde coordino la Unidad de Daño Cerebral y la Unidad de Memoria, y no pude negarme.



Almería es una ciudad que ofrece todo y nada. Yo no es que lo tenga todo, pero trabajar aquí no me cierra puertas. Si está mal comunicada y en lugar de dos horas tardo seis, llego igual. Al final todo es la actitud y yo adoro mi profesión: cuidar a mis pacientes y a sus familiares. Y mi tierra también merece que haya profesionales para que su gente no se tenga que ir a Madrid y Barcelona.

¿Qué hacen exactamente en esta sección?
Además de dar visibilidad a la neuropsicología, se trabaja por la divulgación y la formación de calidad con grupos de trabajo que aúnan criterios diagnósticos. La Sociedad Española de Neorología es la organización más importante de neurología que hay en nuestro país.






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