Ni en sus mejores sueños Esther Pastor Ibáñez (Almería, 1997) imaginaba que terminaría bailando “ante un príncipe” en el corazón de Mónaco. A ella misma todavía le tiembla la voz cuando trata de evocar una experiencia que no se ha terminado de creer. La joven formaba parte del cuerpo de baile del Ballet de Carmen Mota que actuó este domingo 23 de mayo en la fiesta que siguió al Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno. Nada menos que en el selecto Sporting Club de Montecarlo. Basta decir que entre el público se encontraban Alberto de Mónaco y el ganador del Mundial, el neerlandés Max Verstappen.
“Ha sido una experiencia inolvidable porque nunca había bailado ante un príncipe y otras personas de la elite en un sitio tan espectacular y en una gala tan especial”, explica la bailarina.
La joven no se cansa de enumerar las exclusivas salas y las maravillosas vistas que pudo apreciar durante los exigentes ensayos que, si bien no le permitieron hacer mucho turismo, sí le han brindado la recompensa de “haber trabajado con grandes artistas de la danza” y de volver con la sensación del trabajo bien hecho. “No vimos mucho de Mónaco, pero el ambiente es muy diferente: con coches de lujo, yates... Estoy eternamente agradecida a Carmen Mota por darme esta pedazo de oportunidad”, añade.
El espectáculo que ofrecieron bebía del flamenco y la danza española y rescataba alguna coreografía del espectáculo ‘Antología’, con el que la almeriense empezó a bailar a las órdenes de Mota, figura emblemática de las artes escénicas que ha trabajado con artistas de la talla de Carmen Amaya y Lola Flores.
Músicas como ‘Carmina Burana’ y la rapsodia ‘España’ acompañaron las actuaciones que también contaron con cante en directo. “Yo era la más joven de toda la compañía”, confiesa Esther.
Un antes y un después
Esther Pastor inició su andadura de la mano de Carmen Mota tras superar una audición para su compañía en 2018. Eso le permitió estar unos meses dándolo todo sobre el escenario del teatro Pirámide de Arona, en Tenerife. Dado el carácter internacional de este ballet -que va de gira por países de todo el mundo-, hace un año surgió la oportunidad de bailar en Montecarlo, pero la pandemia de la Covid-19 la pospuso hasta ahora.
De hecho, antes del parón obligado de la crisis sanitaria que la llevó a regresar a su tierra, esta bailarina formada en el Conservatorio de Danza de Almería y en el Conservatorio María de Ávila de Madrid trabajaba en distintas compañías profesionales. “Mi intención es volver a Madrid, porque todo mi trabajo está allí, todas las compañías. Sé que de la danza es difícil vivir, pero quiero seguir intentándolo, es mi planteamiento de futuro”, afirma.
Sin embargo, en Almería Esther no está ni mucho menos de brazos cruzados. A su título de Pedagogía en Danza Española, ahora se suma que está estudiando el Grado de Educación Primaria y un máster en gestión cultural. Además, forma parte del elenco de la compañía alemana Ispasión que actúa en cruceros por el Caribe, Filipinas y Sudamérica y que retomará su actividad a pleno rendimiento en cuanto la situación sanitaria lo permita. Seguro que tras su experiencia en Mónaco se abren nuevas puertas a su paso.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/215512/una-almeriense-en-el-corazon-de-monaco-nunca-habia-bailado-ante-un-principe