“A los hijos de Bud Spencer les diré gracias: el cine de su padre es felicidad”

Daniel Lorenzo presenta su libro ‘¡Más fuerte, muchachos!’ el viernes 28 en el AWFF de Tabernas

Daniel Lorenzo, autor de ¡Más fuerte, muchachos!, dirigiendo un ensayo de teatro. FOTO: Diego de Coo.
Daniel Lorenzo, autor de ¡Más fuerte, muchachos!, dirigiendo un ensayo de teatro. FOTO: Diego de Coo.
Evaristo Martínez
21:45 • 21 oct. 2022

Daniel Lorenzo (Vigo, 1982) tenía un año "recién cumplido" cuando viajó por primera vez. “Visitamos Tabernas, así que esto tiene algo de círculo que se cierra”, confiesa una semana antes de volar al Almería Western Film Festival.



Allí, este profesor de teatro hablará, el viernes 28, de su libro ‘¡Más fuerte, muchachos!’ (Applehead Team), el primero en castellano sobre el cine de Bud Spencer y Terence Hill.



También entrevistará en la gala inaugural a los hijos del primero, a quien se otorga el premio póstumo Leone In Memoriam, y presentará ‘Dos granujas en el Oeste’, el último filme que el gigante barbudo rodó en esta tierra.



Spencer y Hill se podían haber conocido en Italia pero lo hicieron en Tabernas. Y el segundo supo de la muerte del primero mientras localizaba en Almería para rodar su película ‘My name is Thomas’. Caprichoso y poético el destino.

Es un resumen perfecto de lo que es la vida. Qué caprichosa, qué cabrona es a veces, qué triste pero qué bonita a la vez. Los que amamos el cine tendemos a creer que preferimos la ficción a la realidad porque la ficción es más perfecta. Pero lo cierto es que hay ocasiones en que la vida tiene los mejores guionistas.



¿Cuál es su primer recuerdo de la pareja de actores?



Recuerdo perfectamente ver ‘…Y si no, nos enfadamos’ siendo muy, muy pequeño y quedar muy impresionado. Al día siguiente, en ‘parvulitos’, jugaba con mis amigos a replicar su pelea final. Sin coches, ni globos. Pero con mucha imaginación.



Quizás viera esas películas con sus padres. ¿Lo hace ahora con sus hijos?
Sí. Spencer y Hill han sido estrellas hasta para tres generaciones. Mi padre no es una persona cinéfila, y verlas con él es uno de los pocos recuerdos cinematográficos que puedo ligar a su persona. Mientras escribía el libro huelga decir que en mi casa se vieron mucho. Groucho, mi hijo mayor, tenía apenas cuatro años y se quedaba pegado a la pantalla con las peleas. La gracia de una buena hostia es transversal, atemporal e intergeneracional.



Defina ese cine con tres adjetivos sonoros como los guantazos del dúo.

Sus películas eran blancas (aptas para todas las edades), divertidas y populares.


Ahora que nadie nos lee, ¿qué dirá a Cristiana y Giuseppe Pedersoli, hijos de Bud Spencer, cuando los vea en Tabernas? 

Les daré las gracias por los ratos de felicidad que he pasado disfrutando del trabajo de su padre. Y les felicitaré por la suerte que han tenido por ser hijos de alguien tan profundamente bueno, tan profundamente noble, como Bud Spencer. Vive Dios que investigué para conseguir algún trapo sucio de esta pareja: encontrarlo hubiera sido de gran ayuda para vender mi libro. Al final desistí. No encontré nada. Spencer no tenía dobleces. Su bonhomía en la pantalla era real.


‘¡Más fuerte, muchachos!’ vio la luz en 2020, y aún le sigue dando alegrías. ¿Este libro le ha cambiado la vida? 

Durante toda mi vida he leído compulsivamente. Con una pasión bulímica. Y jamás creí que pudiera llegar a escribir un libro. Por suerte, la buena gente de Applehead Team confió en mí desde el primer momento y al final todo el trabajo dio un fruto del que no puedo estar más orgulloso. Alguna vez se han referido a mí como “el escritor Daniel Lorenzo” y ese es un título que, por un lado, no me termino de creer, pero, por otro, exhibo con más orgullo que si fuera un título nobiliario.


¿Por qué este título y no un guiño a cualquier otra película de Bud Spencer y Terence Hill?

El primer título que me sugirió la editorial fue 'Dos súper dos', pero yo tenía claro que quería '¡Más fuerte, muchachos!' por algo tan infantil como que me gustaba su sonoridad y que siempre he creído que resume a la perfección el espíritu de sus películas. Lo cierto es que, comercialmente, es un título terrible. El lector potencial tiene que introducirlo en el buscador con sus signos de exclamación, su tilde diacrítica, su coma de vocativo… por no hablar de que esa no es precisamente una de sus mejores películas, ni de las más conocidas. Mi parte más racional me grita que no es el título más adecuado, pero creo que no podía haber sido otro.


¿Existe algún equivalente hollywoodiense al binomio Bud Spencer-Terence Hill?
En el libro defiendo que la pareja protagonista de 'Dos buenos tipos', Russell Crowe y Ryan Gosling, están creados a la imagen y semejanza de Spencer y Hill. Con el tiempo he descubierto declaraciones de Shane Black en los 'junkets' de promoción de la película en las que reconoce que fueron su principal inspiración.


¿Y en España?

En España, y siendo muy distintos, el principal referente que nos viene a la cabeza son Pajares y Esteso. Fueron nuestra pareja cómica cinematográfica más popular, y, en cierto modo, contemporáneos al éxito de Spencer y Hill. Pero su producción conjunta fue menor tanto en número de películas como cronológicamente.


Hay quien dice que el wéstern está muerto pero festivales como el de Tabernas contradice a los agoreros. ¿Qué opina del género?

Es muy difícil ser cinéfilo y no amar el wéstern. Tiene algo como de género seminal. En el fondo, todas las historias que merecen ser contadas pueden resumirse en dos: alguien emprende un viaje o alguien llega a algún lugar. Y el wéstern es, en resumen, estas dos historias. Todas las películas que merecen ser vistas son, en cierto modo, un wéstern.

Escucha Almería y cine en la misma frase. ¿Qué le sugiere?

Orgullo. El orgullo de que casi todas las historias podrían contarse aquí. Almería es paisaje, sí, pero también industria. Ha habido grandes profesionales de esta tierra involucrados en algunas de las mejores películas de la historia. Pienso en un tipo como Paco Barrilado, por ejemplo, que es historia viva del cine. Y además es almeriense, español. ¿Cómo no vamos a estar orgullosos de esta tierra? Demasiado poco se habla de ello.


Tanto Sergio Leone como Steven Spielberg rodaron aquí. ¿Quién le tira más?

Es complicado. Leone fue un rupturista. Un transgresor. No puede entenderse el lenguaje audiovisual actual sin el legado de Leone. Pienso en cómo fue el primero en pasar sin transición de un plano generalísimo a un plano detalle. Eso no se entendía en su momento. Y ahora todas las retransmisiones deportivas beben, por ejemplo, de esa gramática. Spielberg es más clásico. Más fordiano, si me lo permites. Y pudo desarrollar una carrera mucho más amplia que la de Leone. Le ha dado tiempo a más. Los dos son magníficos. Y la obra de ambos sigue proporcionándome muchos momentos de felicidad.


¿Qué es ‘El Cinemanicomio’? 

Una locura maravillosa en la que nos embarcamos hace ya año y medio. Un canal de cine en Twitch, algo que puede sonar a oxímoron, pero que ya se ha convertido en un lugar de referencia de la divulgación cinematográfica. Emitimos dos veces a la semana y hemos generado una comunidad y una cantidad (y calidad) de contenido que hace que me sienta muy orgulloso. Somos rigurosos, pero muy divertidos, porque la calidad y la diversión jamás deberían ir por separado. Puede que algún día esta aventura termine, pero todo lo que hemos creado ahí se quedará. Y estoy convencido de que seguirá consultándose con el tiempo.


En sus programas hablan tanto de Alfred Hitchcock como de Chiquito de la Calzada, de Woody Allen y de Nicolas Cage, sin olvidar los clásicos en blanco y negro. ¿Es el secreto de su éxito?

El secreto es la libertad total que nos ofrece internet. Como no dependemos de nadie podemos hacer lo que nos dé la gana. Y eso es muy liberador. Cada noche que emitimos salimos a jugar, solo hablamos de aquello que nos interesa. Y además, cada uno de los miembros de 'Cinemanicomio' tiene su vida resuelta fuera de internet. Todos tenemos nuestros trabajos. Eso hace que no tengamos que preocuparnos de hacer contenido que tenga que gustar a una mayoría. Nosotros no videorreaccionamos a tráileres, no comentamos estrenos, no hablamos de series… porque no necesitamos monetizar el canal. Curiosamente no pensar en lo que puede desear una mayoría es lo que nos ha permitido diferenciarnos y ganarnos el respeto de nuestra comunidad. Nuestro lema desde el principio ha sido “Constrúyelo y ellos vendrán”. Y caramba si han venido.


Esas mezclas sin prejuicios son muy de la generación del videoclub. ¿Siente nostalgia de aquellos años?

Yo ya soy un señor mayor, y como señor mayor siento nostalgia de casi todo. Pero lo cierto es que fui un crío con un vídeo Beta. Y eso me excluyó de la experiencia de los videoclubs, un lugar maravilloso en el que podía ver las carátulas de las películas e imaginármelas (yo era un niño que hacía eso), pero no podía llevármelas a casa. Mi verdadero videoclub fue la programación televisiva. Y ahí sí que consumía de todo y sin ningún tipo de rigor ni respeto. Y creo que precisamente por eso jamás entendí la diferenciación entre alta y baja cultura. Yo amaba por igual las películas de Alfred Hitchcock y las de Mariano Ozores. Y así sigo más de treinta años después.


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