“La confianza lo es todo: en tus amigos, tu pareja o en quien sigues en redes”

Manuel Moreno (Almería, 1978) es uno de los periodistas más influyentes de España cuando hablamos de internet y redes sociales. Así lo muestra en TreceBits, web de referencia que fundó hace 14 años, en charlas y seminarios, en apariciones en medios nacionales y en varios libros que superan los 40.000 ejemplares. El quinto, recién llegado, es ‘Followers’ (Deusto). Lo presenta este martes 13 de junio en la Picasso de Almería a las 19 horas.

¿Qué lección nos deja ‘Followers’?

El libro viene a responder a una pregunta que siempre me hacen en las charlas, seminario y formaciones que doy: ¿cómo consigo más followers? La idea principal es que no tienes que fijarte en la cifra, olvidemos la espiral de 'likes': lo que te va a dar oportunidades de negocio y conseguir lo que buscas al estar en redes sociales es crear una comunidad de calidad.

La calidad por encima de la cantidad.

Tal cual. Comprar seguidores en Instagram es sencillo: por 6 euros puedes tener un paquete de 1000 ‘followers’. Pero son cuentas vacías, no nos van a preguntar nada, ni nos van a comprar jamás. Podrá crecer nuestro ego, pero nada más. Necesitamos un ejercicio de planificación, de cómo queremos estar en las redes sociales, qué quiere transmitir nuestra empresa. Si conseguimos personas que se identifiquen con unos valores, esas mismas personas van a ser prescriptores y nos van a traer más seguidores. 

¿Hay métodos mágicos, como los que te dicen que puedes perder peso en una semana o aprender inglés en 15 días?

Si alguien piensa que por comprar mi libro le van a crecer los seguidores, ya le digo que se ahorre los 12 euros y sus 336 páginas. Si fuera tan sencillo, no habría estado tres meses encerrado, escribiéndolo. El libro sirve para acompañarte, es una guía para que tú trabajes en la creación de una comunidad y en dinamizarla. Te va a llevar semanas, meses, pero verás los resultados. Esto tiene trabajo, pero yo te acompaño. Ese es el objetivo.

Y no será lo mismo lo que necesite un club de fútbol que una óptica de barrio, o quien quiera crecer en Instagram o estar en TikTok.

Claro, o hacerlo en otros canales: una newsletter, un pódcast, un canal en YouTube... Lo primero que tienes que hacer es definir a tu público; luego, definir las acciones. Puede que los objetivos sean diferentes, pero la metodología es similar: si le dedicas tiempo, trabajo, esfuerzo, recursos —incluso económicos—, lo conseguirás. El objetivo del libro es que si alguien nos promete el oro y el moro en internet seamos capaces de decir que no. Que nos demos cuenta si nos están intentando vender humo, que es lo que ha ocurrido durante la última década en internet.

¿Por qué todo el mundo quiere estar en TikTok?

Es la red social que más ha crecido en los últimos años. Y ya no es solo donde los adolescentes bailan, ha diversificado su público: es una plataforma estupenda para empresas, políticos, ONG. Pero hay que pensar qué quieres conseguir y a quién te quieres dirigir. Y a lo mejor la respuesta no es estar en TikTok. 

¿Por ejemplo?

Imagina un veterinario de Almería: abre un perfil en TikTok porque todo el mundo habla de eso. Pero a lo mejor ahí le cuesta encontrar a la gente del barrio con una mascota, sus potenciales clientes. Quizás tiene que pensar en Facebook, que te permite segmentar, o en redes sociales para dueños de mascotas, que las hay. 

¿Buscar ‘followers’ a lo loco nos hace perder el norte?

Completamente, a veces nos dejamos llevar por el ego, por querer superar a la competencia. Volvamos al caso del veterinario de Almería. ¿Para qué quiere 100000 seguidores si su objetivo es llegar a gente que puede llevar sus animales a su clínica? Necesita a esos 500 seguidores de su entorno con un gato o un perro. Eso es lo que le va a dar un beneficio. 

¿Analiza en el libro casos de éxito?
Sí, he realizado casi cincuenta entrevistas en las que recojo muchas experiencias: hay expertos en marketing digital, 'influencers' que tienen hasta 12 millones de seguidores y que comparten sus consejos... Cuento mi historia: cómo creé hace 14 años TreceBits.com, una comunidad que ahora cuenta con un millón de seguidores. Pero no quería hablar solo de mí, sino de todas esas personas que han creado grandes comunidades. Y todos van en la misma línea.

Tampoco es el mismo internet que cuando empezó con TreceBits.

Ha cambiado mucho. Hasta hace cinco años, cuando pensabas en la gente consumiendo tus contenidos o siguiéndote en las redes sociales, teníamos la imagen de una persona en el escritorio, tecleando. Ahora el 90% de los internautas se conectan a través del móvil. Cuando gestionamos nuestras redes sociales tenemos que hacerlo ya orientado al consumo en móviles, pero también en dispositivos inteligentes: en la tele, en la pantalla del frigorífico, en la videoconsola. Lo primero es cambiar el chip, pensar qué es lo que queremos. Y luego, trabajo y tesón.

¿Pesa más la suerte o el algoritmo?

La suerte es que el algoritmo decida que tu contenido es interesante para muchas personas y lo muestre en la pestaña de TikTok. Ahí consigues mayor alcance, es obvio. Pero no podemos depender o confiar todo a los algoritmos. Podemos controlar nuestro trabajo, y si trabajamos adecuadamente los algoritmos nos serán más beneficiosos. No busquemos el recurso fácil de gustarle al algoritmo y publicar vídeos de gatitos. Tendrás mucha difusión, pero si tienes un despacho de abogados poco te van a aportar los vídeos de gatitos.

No habla de los seguidores como un ente abstracto.

Las redes sociales están compuestas por personas que siguen a otras personas. En el centro tienen que estar las personas. ¿Qué necesitan? Vamos a escucharlas.

Pero hay mucho ruido.

No todo lo que se publica en redes es cierto. Pero si nos lo dice una persona con la que hemos establecido una relación de confianza, ya sea periodista o científico, lo creemos porque existe ese vínculo, porque estamos en su comunidad. De eso habla también el libro.

¿Cree en poner límites?

Hay que tener mucha educación, nadie nos ha enseñado a utilizar las redes. Sí veo necesaria una cierta legislación no tanto en redes, sino con la tecnología. Por ejemplo, con la inteligencia artificial. Y no hablo de censura, eso es otra cosa. Por ejemplo, en España los menores de 14 años no pueden tener redes. 

Pero las tienen. 

La legislación es laxa y las redes son permisivas en ciertos aspectos porque les interesa.

Adolescentes y redes sociales. ¿Consejos?

Prohibirles usar las redes a partir de determinada edad puede ser un error: se van a sentir frustrados y las van a usar a tus espaldas. Lo recomendable es educar, hablar con ellos, generar esa relación de confianza de la que te hablaba. La confianza es básica en cualquier relación: con tu familia, tus amigos o tu pareja. Si no hay confianza, se rompe la pareja: pues eso pasa también en las relaciones sociales en internet.

Al final, la confianza, crear una comunidad,... no es tan diferente de estar en un club de lectura, de amantes del aeromodelismo o de aficionados a hacer tartas.

Es lo mismo, solo que ahora tenemos en la palma de nuestra mano, en nuestro bolsillo, herramientas mucho más potentes para podernos reunir. Todo lo tenemos más fácil gracias a la tecnología, y lo podemos emplear en positivo o en negativo. Vamos a aprender a utilizarla de la manera más adecuada y, sobre todo, acorde a lo que nosotros queramos conseguir.