La Orquesta FIMA y la maestría de Antonio Quevedo devuelven su sitio al repertorio clásico

La Orquesta FIMA y la maestría de Antonio Quevedo devuelven su sitio al repertorio clásico

Jacinto Castillo
21:34 • 23 abr. 2012
La Orquesta de la Fundación Indaliana para las Artes y la Música (FIMA) devolvió brillantemente a la programación musical de Almería el repertorio clásico, en un Teatro Cervantes que casi agotó sus localidades en la tarde del pasado domingo.

Además del larguísimo aplauso dedicado al genial violonchellista almeriense Antonio Quevedo después de su intervención, el público premió largamente la totalidad del programa, prolongando la ovación hasta que el director, Emilio Fenoy decidió, visiblemente conmovido, ofrecer un bis.

Desde la propia concepción del programa hasta los esfuerzos del presidente de la Fundación, Pablo Mazuecos, todo parace haberse conjugado para convertir a esta segundo programa de la Orquesta FIMA en todo un acontecimiento. Así, al menos, lo vivieron tanto el público como los miembros de la orquesta, porque el perfume a gran concierto inundó desde las primeras notas el entrañable teatro almeriense.

La Obertura de ‘Los esclavos felices’, que abrió el programa, supuso una reivindicación de Arriaga, autor español que, pese a morir prematuramente, está considerado el “Mozart español” por el incontenible genio que anima sus composiciones.

Después llegó uno de los momentos más destacables del programa, con el ‘Concierto para violonchelo Nº2 en Re mayor’ de Joseph Haydn, en el que intervino magistralmente como solista Antonio Quevedo. El público, formado en su mayor parte por iniciados en la música, supó valorar en toda su dimensión la maestría de Quevedo, en el contexto de una orquesta que no tiene nada que envidiar a formaciones de mayor experiencia y trayectoria.

La segunda parte estuvo dedicada a Mozart, con la ‘Clemenza di Titto’ para concluir con una obra esencial en el legado mozartiano, como es la ‘Sinfonía nº 36 “Linz’. El espírutu de Mozart voló a sus anchas por el Cervantes, alentado por la excelencia interpretativa de esta orquesta. Su director Emilio Fenoy comentaba despues del concierto que uno de los aspectos más destacados de esta orquesta es el perfecto emsemble de las diferentes secciones. La sólida base de la sección de cuerda ha encontrado un perfecto entronque con la de viento, consiguiendo una sonoridad admirable. Para Fenoy, plantear este repertorio clásico en Almería ha sido un éxito, que augura nuevos proyectos para esta orquesta. Otro aspecto que impresionó a Emilio fue la respuesta del público en el Cervantes, un lugar que considera maravilloso para la música, aunque presenta alguna limitación acústica que habría que subsanar.

La experiencia del reencuentro
Antonio Quevedo ha vivido como una experiencia inigualable su reencuentro con buena parte de sus compañeros de los primeros años de formación. El éxito del concierto de la Orquesta FIMA, con la que interpretó una complicada pieza de Haydn como solista al violonchelo, le ha llenado de satisfacción. Sobre todo, por el reencuentro con amigos y compañeros. Quevedo subraya el gran nivel de esta orquesta, que le ha sorprendido, después de haber tenido la experiencia de intervenir en conciertos con formaciones musicales de gran prestigio. “La ilusión y la entrega de estos músicos es encomiable” comenta el violonchelista almeriense, para el que los conciertos de este tipo son imprescindible, para “seguir aprendiendo”, como complemento a su labor docente.






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