Las bendiciones de las cruces marcan su comienzo

Las bendiciones por parte de párrocos y consiliarios de las distintas cruces de las hermandades y algunas asociaciones vecinales, marcaron el inicio de una edición de la Feria de la Primavera, que está marcada por la crisis, que se nota a simple vista por el reducido número que se han montado en el centro histórico de la ciudad. Incluso, algunas de ellas sin barra, como la del Prendimiento o la del Santo Sepulcro, que tiene su encanto, pero que han preferido no inscribirse en el concurso, como la Estrella de Regiones y otras.

El ambiente en esta zona de la ciudad no era el de años atrás o el de la década de los noventa. Sin embargo, había buen ambiente tras la apertura de los locales de las cruces para el tapeo y luego para las copas. También había jóvenes con ganas de pasarlo bien y es que ir de copas en cruces resulta barato para la juventud. Incluso en Pasión, que se encuentra en plaza de San Pedro, tienen un bono de 10 copas a buen precio.

En el patio de la UNED, el deán de la Catedral, Juan Torrecillas Cano, procedió a la bendición de una cruz muy almeriense realizada con chumberas por los cofrades de Estudiantes, mientras que el párroco de San Sebastián bendijo la de la Santa Cena, siempre en su línea de elegancia, montada como cada año por Guillermo Padilla. En el local que ocupa la hermandad de Pasión, en plaza de San Pedro, que es uno de los más cómodos y amplios de esta edición, la bendición estuvo a cargo del consiliario Manuel Menchón, acompañado por el diácono Antonio Asensio, adjunto a la parroquia de Santa Teresa, donde radica esta hermandad.

En cuanto a los barrios, el párroco de la Iglesia de la Santísima Trinidad, Juan Carlos Morales Morell, procedió a la bendición de la Cruz de la Asociación de Vecinos La Torre de Torrecárdenas, que estaba abarrotada de vecinos y que permanecerá abierta a diario hasta el próximo sábado 5 de mayo.

Esta es una cruz muy tradicional, con ambiente andaluz, en la que proliferan los elementos propios de estos montajes, como macetas, mantones de manila y platos de cerámica, aportados por los vecinos. La cruz es una representación de la explosión de la primavera, realizada en papel blanco y unas flores del mismo material en el centro de color naranja y rematada con una mariposa de gran tamaño, montada por los vecinos con ilusión.