Una mujer hermosa sentada en la mesa de un café contaba su experiencia como modelo. A pesar de que la tabla era pequeña, un antiguo pupitre de colegio, percibía su presencia lejos, como inalcanzable. Porque tiene la belleza cierto halo de fragilidad, produce fascinación, cautiva. Sin apenas darme cuenta, me atrapó la imagen que Estefanía Mendes había dibujado al apoyar la barbilla sobre sus manos. Entonces vi a la modelo como los angelotes de Rafaela a los pies de la virgen, inocente y distraída, vi la pose y comprendí el encanto de quien se ponía delante de la cámara.
Nacida y criada en Zaragoza, se siente muy arraigada a sus orígenes que hunden sus raíces en Cabo Verde. Como era la mayor de cinco hermanos siguió la tradición de familia numerosa donde los grandes cuidan a los pequeños. Cuando cumplió 18 años debía ser una mujer independiente, como las féminas de su estirpe. Así se fue hasta Cannes, la meca del cine europeo, allí vivió durante 3 años en la casa de sus abuelos. Su primer trabajo fue en la residencia de ancianos donde su abuela había trabajado desde la veintena. Estefanía todavía no hablaba francés pero aprendió a valorar a las personas mayores, cumplir un horario, gestionar su sueldo, afirma que Francia le dio madurez.
Durante unas vacaciones vino a Almería a visitar a su madre y se enamoró de la ciudad, la luz, la calma, la calidez de sus gentes, así que decidió asentarse en esta tierra. Trabajaba como dependienta en una tienda de ropa cuando conoció a un fotógrafo almeriense a quien ella admiraba y, que hoy en día es su pareja. El artista se dio cuenta de que Estefanía tenía madera para ser modelo y la animó a que buscara agencias.
¿Cómo empezó todo?
Al principio no enfoqué toda mi energía en el modelaje, porque tenía otros proyectos, pero empecé a hacer colaboraciones con marcas de Almería. A los 26 años tomé la decisión de ir a Barcelona a profesionalizar el tema. Me fui con muy poquito dinero, pero quería arriesgar, estaba muy segura de mí misma, pensé que podría encontrar trabajo pronto. Trabajaba y cuando tenía un rato libre iba a las agencias en persona, para que me vieran, algunas me recibían con mucho cariño, se interesaban por mí y, otras no recibían en persona.
¿Qué recomendarías a quien empieza?
Ponerse delante de un espejo y posar. Siempre pienso en las emociones y el espejo me ayuda a ver los gestos, cómo coloco las manos, si me veo más segura, si tengo que corregir algo de mí. Además me aporta seguridad. Cuando trabajas con una marca o haces una campaña, ellos no van a esperar un tiempo para que empieces a posar, tienes que dar todo de ti al instante.
También hay que tener cuidado con las agencias con qué te ofrecen, qué tipo de contrato e informarte mucho. A veces las agencias se enfocan en otras modelos que tienen más experiencia y sientes que pierdes tu tiempo.
Otra cosa con la que hay que tener cuidado es con las etiquetas. A mi me gusta hacer de todo: moda, publicidad, desfile y la parte artística también. Si te encasillas tienes menos posibilidades de trabajar.
¿Por qué volviste a Almería?
Me sentía muy triste, echaba de menos a mi familia, a mi pareja, en Barcelona era más difícil entrar a un círculo de amistades. Pasé unos seis meses fuera y decidí volver a Almería donde me motivé y cada día dedicaba una o dos horas a buscar fotógrafos, agencias, maquilladoras, estilistas. Empecé a escribir a toda la gente con quien yo quería trabajar, cuando me di cuenta tenía muchísimas respuestas. Me llamaron varias marcas, volví a trabajar a Barcelona y vi que podía vivir del modelaje desde Almería.
¿Con qué marcas reconocidas has trabajado?
He hecho campañas para Puma, Cocunat, he salido en Vogue Japón…
¿Y esa parte oscura de la moda respecto al trato, el peso, etc?
Nadie me ha dicho nada. Están cambiando las cosas, si es cierto que veo muchas maquilladoras que no se han especializado en piel negra y es una pena.
¿Cómo te gustaría enfocar tu carrera?
Realmente mi propósito no es ser una modelo de élite como Naomi Campbell o Bella Hadid, sino dar ejemplo a más chicas que se quieran dedicar al modelaje. El objetivo final de todo esto es crear mi propia agencia, mover las carreras de las chicas de Almería, para que no tengan que estar como yo contactando con un montón de gente, haciendo viajes, etc.
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