El CAF presenta Body and Soul, el relato de nuestro tiempo según Larry Fink

El CAF presenta Body and Soul, el relato de nuestro tiempo según Larry Fink

Guillermo Fuertes
01:00 • 15 may. 2012

“Esta exposición sobre la obra de Larry Fink no es el periodismo como se entiende en el día a día. Es cierto. Pero, sin embargo, es el mejor relato que he visto últimamamente de la América real”, afirmó Pablo Juliá, director del Centro Andaluz de la Fotografía. “Es un gran relato, porque si algo es un periodista es el transmisor, el mensajero, el que nos cuenta cómo es una determinada situación, o país. Y eso es lo que Larry Fink hace maravillosamente”.


Llega por primera vez a España ‘Body and Soul’, uno de esos regalos de lujo para los amantes de la fotografía, del arte en realidad, y lo hace aterrizando en la sala superior del CAF, donde permanecerá hasta el 15 de julio, de la mano del comisario Alain D’Hooge, un buen amigo de esta casa que ya ha traido varias exposiciones de primer nivel.


Un flash, un gesto, un retrato




Considerado como uno de los grandes cronistas de la fotografía actual, Larry Fink es el hombre al que Vanity Fair encarga cada año un reportaje sobre su fiesta de los Oscar, tal vez porque retrata a las personas que allí van, más que a las celebridades a las que ni siquiera conoce. Es el fotógrafo que desde los años 60 se pierde en los barrios de currantes, los gimnasios del boxeo pobre, en los garitos del jazz. Que ha hecho del uso personal del flash de reportaje y el angular una seña de identidad, que ha visto su obra expuesta en el MoMA de Nueva York, pero hoy sigue en activo, incansable.


Es uno y muchos, y ese es, precisamente, el atractivo de esta muestra que llega al CAF. Son 115 imágenes que recorren prácticamente toda sus trayectorias y facetas. Beatniks, alta burguesía, boxeadores, famosos, pescadores, top models... Los seres humanos que componen esta sociedad estratificada y a la vez compactada en que vivimos, captados por el ojo de un observador impacable, pero también lleno de amor.




“En Larry Fink no sólo hay que mirar cómo fotografía, cómo dice las cosas, sino lo que dice”, explicó D’Hooge. “Ese es el poso real de su obra, de esta exposición. Es un fotógrafo que ama a la gente, que ha afirmado que siempre se puede encontrar una razón para no matar a una persona”.


Fotografías en blanco y negro y formato mediano, claroscuros casi clásicos en las que el flash escoge, más que ilumina, aquello que el artista quiere mostrar. Composiciones, gestos, miradas, manos, sudor, maquillajes. El lenguaje corporal que tanto dice sobre las personas, que las enmascara o las desnuda, que las retrata.





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