Aún recuerdo el día que decidí dedicarme a la música. Era noviembre del año 2013 y tras ver a José Ignacio Lapido en la desaparecida sala Madchester en compañía de mis amigos, y poder mantener una breve conversación con él y sus músicos, tuve claro que quería dedicarme a este difícil mundo del Rock y, ojalá algún día, poder hacer canciones tan buenas como aquellas que escuché aquella noche. Desde entonces, para mí ver un concierto de José Ignacio Lapido es ver a un maestro y artesano de la canción que, sin duda, cambió mi vida aquel día y que ha sido un referente desde mis inicios.
La tarde del domingo 28 de abril se presentaba con nubes, algunas gotas y un cartel de 'Entradas agotadas' que hacía presagiar un gran concierto en El Terrao de Almería, dentro del ciclo Terrazas con Encanto. Con la sobriedad habitual, Lapido se subió al escenario con la única compañía de su Gibson J200. Empezó con la acertada 'Con la lluvia del atardecer', para continuar con 'El Más Allá', single de su aclamado álbum 'De sombras y sueños' (2010). Tras el agradecimiento a todos los presentes y los organizadores se sucedieron distintas canciones de todos sus discos en solitario como 'Escala de Grises', 'Desvaríos' o la icónica 'Cuando el ángel decida' volver que el público coreó.
Transcurrida la primera parte de la actuación, el bueno de José Ignacio puso especial atención a su brillante último disco: 'A Primera Sangre' (2023) con canciones como 'Antes de que acabe el día', 'Curados de Espanto', 'De cuando no había nacido', la gran adaptación acústica del blues 'Malos Pensamientos' o mi tema favorito de su nuevo cancionero: 'Arrasando'. También hubo tiempo para un guiño a los legendarios 091 (grupo del que Lapido es guitarrista y compositor) con la animada y fantástica 'Espejismo Nº8', demostrando que una buena canción se puede sustentar únicamente por una voz y una guitarra, sin más artificio que la veracidad y la importancia del mensaje que se transmite. Terminaba la faena, aparentemente, con 'La Versión Oficial' a la que el público respondió con vítores y ganas de más salmos del maestro. Por su parte, Lapido correspondió el cariño del público almeriense con la inmensa 'Algo me aleja de ti', 'En el ángulo muerto' y 'La Antesala del Dolor'.
Una vez terminado el concierto me fui con la misma sensación que aquella noche que me cambió la vida: este tipo es increíble y un maestro absoluto para todos los que nos queremos dedicar a la difícil tarea de escribir canciones de Rock.
Larga vida a Lapido. Brindo por él.
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