El fabuloso viaje de unos almerienses al mundial de dardos de Las Vegas

“Este es un deporte que son, básicamente, tres dardos”, David Jiménez hace una pausa para dejar que la idea cale en el oyente. “Y lo bonito es que tú puedes estar jugando contra alguien que es mejor que tú, pero si tienes tu oportunidad y clavas tus tres dardos donde tienes que clavarlos, por muy bueno que sea el otro, no le dejas opción. De modo que, si tú practicas, entrenas, y puedes hacerlo cuando quieres, y no cuando simplemente te salga, en los campeonatos no te afecta la presión. Yo tengo que poner mis dardos donde quiero, eso es todo”.

David y Alejandro Martínez aún tienen en el cuerpo la alegría de la fabulosa experiencia que acaban de vivir, hace apenas un mes: ocho días con sus siete noches en Las Vegas, participando en el campeonato de la National Dart Association, el mundial de este deporte que ya ha comenzado su camino para convertise en olímpico, “tal vez para 2016 o 2020...”, sonríen.

Su equipo es el Florida’s Bulls, que pertenece al club deportivo Florida, y también está compuesto por Francisco Javier Gálvez, Laura María González del Pino y Sergio López. Al campeonato, además, también fue otro club almeriense, el Omaxia Punta, del mismo club, y compuesto por Miguel, Manolo, Ramón y Joaquín,

De Benidorm a Nevada
Ambos equipos habían resultado ganadores en sus categorías en las categorías en el campeonato de España, celebrado en octubre, y el premio fue la participación en el mundial de Las Vegas. Españoles, al final, fueron treinta deportistas, y con los mejores de ellos se formó allí la selección nacional.

Los Florida’s Bulls participaron en Criquet y en 501 por equipos. “Los tres primeros días competimos en Criquet, pasamos al segundo cuadrante y nos eliminaron. Tuvimos un día de descanso, se seleccionó el equipo nacional, y el jueves, 19 de abril, empezó el 501”, relatan. “Luego ya nos volvimos a Los Ángeles, donde pasamos otro día y medio antes de volver”.

Varios de ellos participaron en la selección, que primero ganó a Italia, luego perdió con Estados Unidos, después venció a Canadá y, finalmente, cayó ante Alemania para quedar en un honroso cuarto lugar. “Date cuenta de que al menos el 85 por ciento de los que quedaron por delante de nosotros, son profesionales”, dice David. “Son gente que se levanta cada mañana, y eso es lo que hacen en el día...”.

La ciudad que no duerme
Pero el viaje, sobre todo, ha respondido a sus expectativas y les ha dejado miles de anécdotas inolvidables. La llegada a Los Ángeles, la travesía en furgonetas por la interminable carretera que atraviesa el desierto, la llegada a Las Vegas, “donde empiezas a ver los hoteles enormes, los lugares que has visto en las películas...”, sonríen.
A las siete de la mañana de cada día ya estaban tranado dardos y entrenando, pero también tuvieron tiempo para el ocio y el turismo. Incluso hubo boda. David y Laura eran novios, y él, en secreto con los amigos, lo preparó todo para casarse allí. “Aquella es la ciudad que nunca duerme”, dice. “A las 12 de la noche del 20 de abril, el día de mi cumpleaños, nos estábamos casando después de arreglar los papeles, comprar el anillo...”.

Pero, sobre todo, el campeonato, les ha puesto las pilas respecto a su futuro en este deporte. “Intentaremos que esto no sea el techo, sino el inicio”, afirman. “Y queremos ya ponernos serios con el equipo, y con el club. Sabemos que hay crisis, pero tal vez aparezcan patrocinadores que no