Benito Zambrano“¿Por qué extraña que nuestro cine siga hablando de la Guerra Civil?” lo

En la cafetería del Hotel Costasol, el escenario que Michelangelo Antonioni inmortalizó para la gran pantalla, con la complicidad de Jack Nicholson, en ‘El reportero’, Benito Zambrano (Lebrija, 1965) lanza al aire una reflexión: “¿Por qué se perdió todo eso? ¿Por qué no se siguió rodando aquí?”.

El director sevillano, que irrumpió en el cine español a finales de los noventa con la desnuda sinceridad de ‘Solas’, carga pilas frente a un zumo de naranja, un café con leche y media tostada de jamón serrano y tomate. “El pan, integral, por favor”, pide. En un rato atenderá a la prensa tras cerrar la noche anterior, en un Cervantes hasta los topes, otra edición de los Encuentros con Directores de Cine de la Fundación Unicaja con su último largometraje, ‘La voz dormida’, basado en la novela homónima de Dulce Chacón. “Nunca había pasado por mi cabeza hacer una película sobre un libro, no sentía que tuviera oficio para eso. Pero comencé a leer esta historia y una noche me sorprendí escribiendo la estructura de una película. Tuve la suerte de que Dulce no tenía los derechos vendidos y de que a ella le encantaba la idea de que yo pudiera dirigirla”, relata mientras comienza a saborear el desayuno.

El filme, que refleja el trato a las mujeres presas en el comienzo de la posguerra española, ha desarro­llado una interesante carrera comercial (algo más de dos millones de euros recaudados), atesora tres premios Goya e hizo merecer a su protagonista, María León, la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián. Sin embargo, la crítica, hasta ahora siempre exquisita con Zambrano, ha mostrado su lado más feroz. “Yo también me he sorprendido de que las críticas fueran duras, incluso muy duras, casi con ensañamiento. Creo que es una película bastante digna, hay un trabajo muy serio y riguroso de todos los profesionales y nadie puede poner en duda que no funciona con el público”.

Tampoco entiende, ni comparte, que se diga que estamos ante ‘otra’ película sobre la Guerra Civil, afirmación que, reconoce, ha tenido que escuchar “mucho más de lo que pensaba”. Da un trago al zumo -“está fuertecito”- y continúa. “En el cine español se están haciendo una o dos películas al año que traten el tema. Si objetivamente es así, ¿por qué la gente dice que otra más, por qué se tiene esa sensación? Es curioso. Y si es otra película más sobre la Guerra Civil, ¿qué más da? ¿Por qué no decimos otra comedia más, otro ‘Torrente’ más u otra más sobre la II Guerra Mundial? Nadie dice eso. ¿Por qué nos extraña, qué nos pasa con esa época? Creo que es algo interesante”.

Como en ‘Solas’, Zambrano demuestra en ‘La voz dormida’ su habilidad para dirigir a mujeres. Son muchas las que brillan en la historia -Inma Cuesta, Ana Wagener...- pero una que deslumbra: María León. “Sólo por verla merece la pena. Es el personaje que la gente más quiere, con quien más fácilmente se pueden identificar. Ella representa esa España inocente que no sabía hacia dónde iba ni qué estaba pasando”. Una interpretación magistral engarzada en un intenso trabajo colectivo. “Lo bonito es cómo se complementa con los demás actores. En este sentido, la película ha contado con el esfuerzo, la calidad y lo mejor de todos los que estaban allí, un compromiso que ha ido más all&aacut