José Antonio Garrido “El conocimiento es lo que nos hace libres, y eso lo estamos perdiendo”

Evaristo Martínez
23:46 • 19 oct. 2012

De niño soñaba con convertirse en el científico que descubriera la vacuna del Sida mientras, como tantos chavales de su generación, navegaba entre las letras de la colección ‘El barco de vapor’. Hoy, es capaz de recorrer con la misma pasión y habilidad dos caminos --ciencias y letras-- que muchos creen incompatibles. “Me considero científico y escritor al cincuenta por ciento: las dos cosas son vocacionales. Cuando llegó el momento de elegir tuve dudas pero a la ciencia sólo te puedes dedicar si haces una carrera científica mientras que a la literatura, por suerte, puedes llegar por otras vías. Al final, la ciencia es lo que me da de comer y la literatura me proporciona otras alegrías”, explica José Antonio Garrido (Almería, 1977).

Dos de esas alegrías a las que se refiere el responsable del Servicio de Análisis de Ácidos Nucleicos de la Universidad de Almería (UAL) son testigos mudos de la conversación: una obra de divulgación, ‘Bajo los adoquines, la ciencia’, y otra de ficción, ‘Descanse en paz’. Dos formas de afrontar el hecho de escribir que, asegura, nunca es un sufrimiento, al contrario. “Me gusta la divulgación porque creo que el científico tiene la obligación de dar a conocer a la sociedad lo que está haciendo. Primero, porque es una forma de devolver lo que recibe, y después, porque es una forma de educar y formar a la sociedad”.

Él lo hace “sin perder el rigor” pero tampoco “banalizando la ciencia”, y demuestra ser un excelente comunicador cuando consigue que complejos conceptos que salpican la conversación sean tan fáciles de digerir como las fantásticas tapas que sirven en La Almería Perdida, el céntrico lugar (en calle Valero Rivera) elegido para este encuentro con LA VOZ. “Cuando escribo lo hago para que gente como mis padres, sin formación universitaria, pueden entender este tipo de artículos”, desvela. Y en ocasiones, ciencia y ficción se dan la mano en su obra, como en su primera novela, ‘La clave de Prometeo’, donde jugaba con las posibilidades de la clonación.

Por cierto, un libro editado en 2005 por un sello, Grafema, que ya no existe, víctima también de esta interminable crisis, una tormenta que afecta a Garrido en su doble condición. “Editoriales medianas como ésa están desapareciendo mientras que el dinero dedicado a proyectos de investigación ha disminuido de manera alarmante y preocupante”. Tijeretazos que, a su juicio, sólo sirven para hacerle un roto a la confianza. “Todavía no acertamos a adivinar por dónde van los pensamientos del Gobierno en cuanto al plan de acción para generar dinero. Están recortando de casi todo pero no están apostando por la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica ni por una educación de calidad. No sé en qué quieren convertirnos, puede que volvamos a una época que creíamos pasada”.

No cabe duda de que la situación le preocupa no sólo por el ahora sino por los días que vendrán. “Si se deja de invertir en investigación y desarrollo la gente cada vez será menos libre, tendrá menos capacidad de elegir. El conocimiento es lo que nos hace libres, y eso lo estamos perdiendo”.

Pese a todo, no pierde la sonrisa y pone buena cara al tiempo de tormenta cuando habla de su trabajo en la Universidad. “Hace un par de semanas que adquirimos dos nuevas máquinas. Una de ellas consigue secuenciar el genoma humano por menos de 1.000 dólares y en menos de 24 horas. A pesar de la crisis, los servicios técnic






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