Alonso Caparrós “La tele es cada vez menos sincera”

Alonso Caparrós “La tele es cada vez menos sincera”

Evaristo Martínez
01:00 • 21 jul. 2013

La telegenia que desprende en la pequeña pantalla se mantiene en la distancia corta. Es más: sentado en la terraza del Piscolabis, en la céntrica Avenida de la Estación de la capital, sin focos ni cámaras a la vista, la calidez y cercanía que enamoró al ‘share’ se hace más real, alejada de cualquier amago de ‘postureo’ mediático. Sí, es Alonso Caparrós, el de ‘Furor’, programa semanal que repartía puntos, minipuntos y popurrís, popurrís en Antena 3. Y el concursante de espacios como ‘La isla de los famosos’, ‘La granja’ o ‘¡Mira quién baila!’. Y el Lucas de ‘Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí’, su primera incursión en el cine. Y, por supuesto, el hijo del gran Andrés Caparrós.

Alonso Caparrós (42 años, veinte en los medios) lleva un tiempo alejado de la primera línea aunque no ha perdido su vocación de comunicador  --“es lo único que sé hacer”, asegura-- que ha mantenido viva en programaciones locales. Este verano está en Almería para tomar impulso y afrontar el futuro. “Me he venido aquí a decidir mis dos próximos pasos: pensar a más largo plazo no está en mis genes. Aquí tengo mis raíces y la combinación de verano, soledad y Almería es perfecta para reflexionar”, cuenta frente a un vaso de agua con gas y limón y una tapa de salmorejo cordobés que repetirá en segunda ronda.

(Re)descubrir Almería
Aunque su árbol genealógico se hunde en la provincia confiesa que apenas conoce la ciudad y al poco de estrechar la mano al periodista se interesa por la agenda cultural. “Había estado alguna vez, de pasada, y me he llevado una grata sorpresa respecto a lo que vi de pequeño. Ahora la veo luminosa, me está encantando, y aún queda mucho por explorar”.

Las opciones de su futuro profesional, apunta, pasan por apostar por la televisión a través de internet, probar fortuna en el extranjero e incluso asentarse en Almería. “Soy muy nómada, llevo cinco meses viviendo en Barcelona y antes estuve en Málaga, en Madrid... Ahora estoy pensando en instalarme aquí y reflotar la radio ‘La Marinera’ con mi padre, que se cerró por aquel problema que tuvo con la Junta”.

Por lo pronto, ya están emitiendo en pruebas a través de la red. Hasta tienen una sección donde coinciden tres generaciones de Caparrós: su padre, él y su hijo de diez años, que interviene por teléfono, algo que parece garantizar la continuidad de la saga.

Lo que Alonso Caparrós tiene claro es que no le apetece volver a las exigencias del ‘prime time’, ese gigante que puede generar tantos ídolos como víctimas dejar por el camino. “No me gusta hablar demasiado del pasado. No porque haya sido malo, al contrario: mi juventud en televisión ha sido maravillosa. Pero ya hace tiempo del último ‘Furor’, que creo que fue en 2006 [en televisiones autonómicas], y no tengo ganas de volver a aquello”.

¿Acabó quemado de estar tan expuesto? “Fue una época muy vertiginosa, muchos años de trabajo al cien por cien, de relaciones sentimentales... tengo dos hijos de dos mujeres distintas. Hay personas que son capaces pero yo me harté, llegó un momento en que no podía más y decidí marcharme”.

La televisión que se hace hoy le genera ciertas dudas. “Creo que cada vez es menos sincera, se ha convertido en una trampa para todos nosotros. Cada vez está más sujeta al beneficio, algo comprensible, a la audiencia, y hace tiempo que dudo de los ídolos televisivos, de los programas que admiramos... Eso no quita que estén muy bien hechos”.

¿Qué le falla entonces a la fórmula? “Esa cosa que me ha transmitido mi padre de que un presentador tiene que ser sincero y honesto y que además de buenos momentos televisivos te puedas identificar con él y que te enseñe algo. A fin de cuentas, la televisión es el medio más poderoso, a través del que la sociedad y nuestros hijos aprenden”.

¿Y cómo lleva lo de trabajar mano a mano con su padre, uno de los almerienses más queridos? “De pequeño nunca lo veía porque siempre estaba trabajando, como me pasa a mí ahora con mis hijos. Hace tiempo era motivo de reproche, después lo entendí y ahora estamos más unidos que nunca. Tenemos la misma profesión y queremos recuperar el tiempo perdido. Somos uña y carne”.


De tapas en Piscolabis
3 de salmorejo cordobés
1 libanés de carne
Agua con gas y Bitter Kas
TOTAL: Invita la casa







Temas relacionados

para ti

en destaque