Fiesta hasta las tantas en el casco histórico

Desde bien temprano, a eso de las siete, ya el centro tenía movimiento, y en la plaza de San Pedro habían comenzado las actividades para los niños. En la Plaza Vieja ya se apuntaban los participantes para el concurso de disfraces, y se aglomeraba la cola para el Túnel del Terror.

Anoche fue Halloween, y un año más el Ayuntamiento de Almería había preparado una gran fiesta en las calles y plazas del casco histórico, con el nombre de ‘Noche del Terror’ y un programa de actividades culturales y recreativas.

¿Miedo?

En esta noche de Halloween, el concepto es el terror. Las leyendas son varias, y al final lo que todo el mundo sabe es que esta es una fecha para ponerse disfraces y hacer cosas que den miedo. Pero luego, claro, a lo que vamos es a divertirnos, a pasarlo bien con los amigos, la familia o quien nos encontremos, y de disfraz puede servir cualquier cosa más o menos impresionante que quedó del Carnaval.

La palabra ‘Halloween’ viene de una contracción de una frase  inglesa que significa ‘Víspera de Todos los Santos’, y también se conoce como ‘Noche de Brujas’ o ‘Noche de Difuntos’. El origen de la fiesta es celta, y se celebra internacionalmente el 31 de octubre.

Pero en este tiempo de cultura global, con el paso de los años en Halloween se han unificadotodos los personajes terroríficos de la literatura, el cine y el comic, vengan o no a cuento. Y así vemos a disfrazaces de brujas, personajes sobrenaturales acordes con la fecha, con otros  de Frankestein, por ejemplo, un carácter que, si nos leemos con un mínimo de interés el libro que lo alumbró, es una loa a todo lo contrario, a lo terrenal.

Protagonistas

Lo que pasa es que, como decíamos, ¿y lo bien que lo pasamos?, ¿y lo coherente que ya va siendo todo?, ¿y lo que disfrutan los niños, los verdaderos protagonistas de esta y de todas las fiestas? De modo que, por segundo año consecutivo, los almerienses han salido a la calle en Halloween a disfrutar de una noche de fiesta en el centro de la capital.

Pasando las horas, las calles se llenaron. Por la de las Tiendas apenas se podía caminar, la cola del Túnel del Terror era inmensa. Los bares y terrazas, con sus puertas de par en par, casi no daban abasto. Los disfraces se multiplicaban, y había desde los muy elaborados hasta los de payaso, bomberos o El Zorro. En fin: el centro, miles de personas y mucha marcha.