Cinco días con grandes figuras de la danza

El rotundo taconeo de una clase de baile flamenco se mezcla con el sonido de varios instrumentos. En las inmediaciones, muchas niñas entran al edificio vestidas con mallas y cargadas de sueños. Algunas saldrán de allí siendo ya jóvenes y con la oportunidad de formar parte de una compañía o actuar sobre un gran escenario.

El Conservatorio Profesional de Danza ‘Kina Jiménez’ de Almería celebra estos días una de sus semanas grandes. Del 11 al 15 de de noviembre, cinco figuras de reconocido prestigio imparten clases magistrales para su alumnado. Este año se han matriculado 200 de los 265 estudiantes que tienen en el centro y que en su mayoría son chicas.

Un trampolín

“Los alumnos están muy motivados, porque estos cursos son una forma de que los artistas los conozcan y de que surjan ocasiones de trabajar con ellos en sus compañías. Para los que están acabando las Enseñanzas Profesionales constituye un trampolín”, indica Jéssica Castillo, del Departamento de Extensión Cultural.

La vigésimo segunda Semana de la Danza ha roto con la rutina de las clases en el centro y ha traído a las aulas al cantaor David Palomar, doble premio nacional en el XVII Concurso Flamenco de Córdoba y premio Camarón de la Isla. Él pone voz a las sesiones del bailaor Andrés Peña, gaditano con compañía propia que ha actuado junto a los más grandes y ha sido reconocido en la Bienal de Sevilla. Y junto a ellos, Antonio García el Niño de las Cuevas, cantaor y guitarrista almeriense.

Ese es el curso de baile flamenco. Unas clases más allá, Fátima Moreno, bailarina y pedagoga, inicia a los más pequeñas en ‘Danzas del mundo’. “Los ponentes son gente joven, pero con un currículum considerable y sus carreras actualmente están en auge”, subraya Castillo.

Daniel Doña, uno de los primeros bailarines del Ballet Nacional de España, está al frente de las sesiones de danza española. En clásico cuentan con Marta Ruiz, que ha desarrollado buena parte de su carrera en los conservatorios más importantes del país. Y en contemporáneo está como profesora Ivanna Maya, mano derecha de María Rovira que al final no ha podido participar en la iniciativa.

Gran esfuerzo

“El Conservatorio hace un esfuerzo porque traer a gente de esta envergadura cuesta mucho, pero consideramos que es un complemento perfecto para la formación profesional o inicial de los alumnos y, al mismo tiempo, los acerca al mundo laboral y a las opciones que se abrirán ante ellos una vez completen sus estudios”, concluye.

A pesar de vivir una de sus semanas grandes, la falta de espacio del centro se hace evidente. Compartir edificio con el Conservatorio de Música es un problema en ocasiones excepcionales y siempre.