Todo el mundo conoce a Diego Bravo. Si no le suena por el nombre, que ya es raro, y ha sintonizado la radio de Almería en el último cuarto de siglo, descubrirá que su voz le ha acompañado mientras conducía, le ha informado cuando cocinaba y se ha metido con usted hasta en la mismísima ducha.
A pesar de llevar más de media vida haciendo entrevistas, accede por una vez a responder él a las preguntas. ¿Quién dijo miedo? Elige como escenario para este encuentro Lamarca San Francisco (“no he estado todavía y así me obligo a ir”) en el centro de la capital. Y allí se celebra este ‘De tapas con...’ que en un principio era un desayuno, pero que tras un cambio de hora pone sobre la mesa una taza de café con leche y una copa de vino tinto.
El hecho de que todo el mundo sepa quién es Diego Bravo no significa que todo el mundo lo conozca. Nacido en Cuevas del Almanzora en 1966, se define como una persona tímida que reaccionó cuando tuvo que buscarse la vida.
En su familia había tradición musical y el niño Diego tocaba la batería y la armónica en casa. A los ocho años empezó a recibir clases del director de la entonces desaparecida banda del pueblo. Y cuando ésta resurgió, fue prácticamente uno de sus fundadores. “Siempre he estado vinculado a la música, pero la radio ha sido mi pasión”, confiesa.
La radio
Jesús Quintero y su programa ‘El loco de la colina’ fueron los culpables de que el Diego adolescente llegase tarde todos los días al instituto (“hoy sigo haciéndolo”). “Me tragaba los programas enteros esperando sus monólogos. No sabía lo que decía, pero me apasionaba”, recuerda.
En los carnavales era un personaje un poco extravagante y loco. Además, organizaba y presentaba fiestas en la discoteca Boncalo, todo un referente en el norte de la provincia. Hasta que su voz llegó a algún sitio y se interesaron por él.
“Radio Indalo de Mojácar fue la primera emisora en la que trabajé, era alegal y me sorprendió porque hasta me pagaban. Aparecía con recortes de revistas y una ilusión tremenda”, evoca.
Después montó con varios socios Radio Sol, un proyecto que al final asumió el Ayuntamiento de Cuevas. También empezó a colaborar con Radio Nacional dando información de la zona. De nuevo, su voz llegó a algún sitio. A los oídos de una persona clave en su trayectoria, Fernando Berruezo. Dueño de la licencia de Radio Almanzora, Berruezo le puso todas las facilidades para que se fuese con él. “Eran otros tiempos y tuve suerte, la verdad”, cuenta.
Eso fue en el 91. La fecha en que comenzó la época dorada de Diego Bravo en la radio. Y su aterrizaje no pudo ser más espectacular. Retransmitió en directo los resultados de las elecciones en los 102 municipios de la provincia. “Los colaboradores entraban en directo de la forma más rudimentaria, pero irte a tu casa habiendo contado hasta el último voto fue emocionante. Hacer radio viva”.
Diego Bravo sintió el calor de los vecinos del Almanzora de 1991 al año 2000. Entonces dio el salto a SER Almería y Localia. “En firme nunca me hicieron ofertas para irme a Madrid o Barcelona, pero sí me dejaron caer alguna propuesta, aunque yo siempre he priorizado la calidad de vida y a mi familia”, expresa.
Faceta solidaria
Aparte del placer de hacer radio, las ondas proporcionaron a Bravo una experiencia vital difícil de olvidar, Almería Solidaria. Esta ONG de la que es cofund
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