Lena Carrilero: “La canción de autor ha sido machista” term solutions for th

Café bombón batido y cherigan mixto, que cambia en este desayuno por tostada de jamón y queso. “Es lo primero que pido cuando vuelvo a Almería”, dice Lena Carrilero (Cabra, 1994). Y eso acaba de hacer en una soleada mañana de Jueves Santo: regresar a casa. Porque aunque su DNI diga que nació en Córdoba, Almería es su hogar, la ciudad que la acogió desde que era un bebé y que hace dos años la vio partir rumbo a Sevilla. En el horizonte, estudiar Filosofía y Letras. Entre líneas, el sueño de crecer en la música. “Empecé con la guitarra a los ocho años. Sola, buscando tutoriales en Internet. Y cuando terminé de estudiar [en el colegio Stella Maris] no tenía claro qué hacer. Cuando era más pequeña pensaba en Medicina pero decidí que no merecía la pena sacrificar mi vida en algo que no me gustaba. Elegí la filosofía, lo que más me mueve junto con la música. Filósofa y cantautora: de perdidos al río”, afirma sonriente.

Lo que sí tenía “entre ceja y ceja” desde cría era Sevilla. “Me enamoré de la ciudad cuando la pisé con doce años”. Nada más llegar en 2012 entró en contacto con el circuito de canción de autor. En Almería había dado algún pasito pero en Sevilla cogió su propio tren. “Allí hay un bar, La Estación, con un proyecto llamado Vía 5. Echas tu solicitud a principios de curso y si te cogen actúas los martes, rotando con otros compañeros. Es como una escuela de cantautores”. Así ha conocido a Fran Mariscal, un gaditano con el que se asociado para recorrer España como Los Flacos. “Hemos actuado en Madrid, Granada, Almería, Murcia, Valencia, Barcelona... Al principio tocábamos nuestras canciones por separado pero ahora lo hacemos juntos. Estamos componiendo juntos también y hablamos de grabar un disco”.

Lena aún no ha cumplido veinte años pero habla como si tuviera alguno más. Y escuchando su música (lenacarrilero.bandcamp.com) uno pensaría que está más cerca de los treinta. Creía que escribir de ti me curaría, hasta que dejé de hacerlo y me curé, dice en ‘Reciclaje emocional’, nombre también de su primera maqueta. En lo único que nos pusimos de acuerdo fue en que nos habíamos olvidado, canta en ‘La ciudad del drama’. “La gente me dice que escribo por encima de mi edad”, reconoce. Ella se basa en sus propias experiencias, en las sensaciones que nacen aquí y ahora. “Hay cantautores que trabajan un año en una canción pero yo necesito hacerla de un tirón, plasmar el sentimiento que tengo en ese momento, porque dentro de una hora será distinto. La inspiración que me vale es la instantánea”.

Como los cantautores de su generación, el amor y el desamor recorren sus creaciones. “Antes se hacía más canción protesta. De momento no tengo ninguna aunque de hacerla no hablaría del mayo francés, sino de lo que pasa ahora. No me veo con derecho de contar algo que no he vivido”. Y lo que sí ha vivido son ciertos prejuicios, aún vigentes. “Se nos han acercado después de un concierto y han felicitado a Fran y a mí me han dicho: perdona, pero la voz de hombre es la voz de hombre. Ha habido mucho machismo en la canción de autor, muy buenas cantautoras que no han llegado a conocerse. Ahora hay una generación fuerte, con voces impresionantes como las de Adriana Moragues o Ángela Biedma”.

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