Imanol Uribe: “El paisaje de Almería es duro pero te envuelve, la gente se queda enganchada”

El cineasta vasco comienza el lunes el rodaje de ‘Lejos del mar’ en localizaciones de la provincia

Imanol Uribe, ayer en el puerto deportivo de San José.
Imanol Uribe, ayer en el puerto deportivo de San José.
Evaristo Martínez
01:00 • 08 nov. 2014

Dentro de dos días dará el primer golpe de claqueta a ‘Lejos del mar’, una historia de amor entre un terrorista recién salido de la cárcel y la hija de una de sus víctimas que dirigirá en Almería hasta el 20 de diciembre. En la terraza del restaurante 4 Nudos, en San José, lugar de encuentro del equipo, el cineasta vasco atendió ayer viernes a LA VOZ para hablar sobre el que será su décimo tercer largometraje de ficción, un filme protagonizado por Eduard Fernández y Elena Anaya con el que regresa al tema del terrorismo y a la provincia donde rodó ‘Bwana’ en 1995.




¿Cómo vive los días previos al inicio del rodaje?
Depende de los directores pero para mí el momento más espectacular, y por lo que me dedico a esto, es el del rodaje. Es el momento cumbre para un director. Igual te has pasado tres años esperando este momento, así que te sientes con el mono, como el yonqui que está a punto de recibir la dosis que la hacía falta desde hace tiempo. Eso es el rodaje.




¿Hay nervios?
Sí pero no de preocupación sino de ‘ganas de’, de lanzarte al vacío. La preparación es la fase más difícil, muy necesaria. Durante el rodaje estás por encima de tus posibilidades, generando adrenalina, sin dormir, así que cuanto más preparado esté todo, más te puedes dedicar a disfrutar.




La película se llama ‘Lejos del mar’ pero se han venido a rodar muy cerca del mar...
Cuando la veas entenderás el porqué del título: en esa contradicción está parte de la esencia de la película.




¿Cómo nace esta historia?
Es un tema que había intentado tratar, en una historia diferente, hace dieciséis años. Llegué a escribir un tratamiento bastante amplio, localizamos en Cadaqués, también cerca del mar, pero no era el momento de hacerla. El tema que me interesaba era el de las consecuencias de la violencia, en este caso la terrorista; ver qué sucede después, con el paso de los años, con esa gente que, de forma aparentemente gratuita, se enrola en la violencia cuando es joven. Ese el origen. 




Su productor, Antonio Pérez, dice que está muy presente el tema del perdón.
Sí, es un encuentro entre un verdugo y la hija de su víctima: lo que eso remueve, el enfrentamiento con esa realidad. 




Y como en anteriores títulos de su filmografía vuelve a abordar el terrorismo.
Esta película tiene que ver con dos anteriores, ‘La muerte de Mikel’ (1984) y ‘Días contados’ (1994), y de alguna manera cierra un ciclo, ya que cada una es consecuencia de la otra. Curiosamente, entre la primera y la segunda pasaron diez años y entre la segunda y ésta veinte... Ya son treinta años abordando el tema de la violencia en Euskadi siempre de telón de fondo con historias de amor, en los tres casos muy distintas. En la primera estaba el descubrimiento de la homosexualidad y la segunda contaba la historia entre un terrorista y una yonqui, un poco inspirada en el mito de ‘Carmen’.




En ‘Lejos del mar’, los protagonistas son Eduard Fernández y Elena Anaya. ¿Escribió la historia pensando en ellos?
Cuando estaba escribiendo ya estaba Eduard: tuve la fortuna de trabajar con él en mi anterior película, ‘Miel de naranjas’, y me quedé con su cara (risas), con las ganas de volver a trabajar juntos. Así que cuando surgió la idea de escribir esta historia, él ya estaba allí. Y antes de acabar la escritura del guión ya habíamos pensado en Elena. Ha sucedido lo que no suele pasar: pensamos en ellos a la primera, dijeron que sí a la primera y se han involucrado y están muy ilusionados desde el principio.


Y Almería, ¿es un personaje más en la película?
Sí, y fue muy claro desde el primer momento: cuando elegimos a Eduard, decidimos que la historia transcurriera en el Cabo de Gata. Fue una propuesta por un lado de Daniel Cebrián [coguionista del filme junto a Uribe], que conoce mucho esta zona, y acepté, ya que en los noventa rodé aquí ‘Bwana’ y estuvimos todo un otoño instalados en San José: antes las películas se rodaban en nueve semanas y ahora en seis y media... El paisaje de Almería, muy peculiar, le viene muy bien a la historia. Es un paisaje de una aparente dureza, porque lo es, pero por otro lado te envuelve, la gente se queda enganchada. Esas características le vienen muy bien a este personaje que sale de la cárcel después de más de veinte años y que en vez de regresar a Euskadi viene aquí a visitar a un compañero de celda, un preso común que está muy enfermo, y se queda enganchado a esto.


¿Qué Almería mostrará en la pantalla?
Hay varias localizaciones aunque una es clave y capital y uno de los motivos que también han decidido que rodemos aquí. Necesitábamos un sitio pequeño con una casa aislada en una playa más o menos desierta y recorrimos la costa de arriba a abajo y de abajo a arriba. El único sitio con una casita pequeña (aunque en realidad son dos) rodeado de naturaleza pura y dura fue El Playazo, en Rodalquilar. Me atrevería a decir que no hay otro lugar así en toda la costa española. Además, no es peloteo, todo el mundo se ha portado muy bien. Vamos a rodar en El Toyo [en el Hospital de Alta Resolución] y nos han tratado de maravilla, además de solucionarme un tema de salud. Creo que la sanidad andaluza es extraordinaria, nada que ver con la de Madrid. Y esto se puede extrapolar a otras cosas: quizás porque hay una cultura del cine, una tradición, la gente de Almería se vuelca, y esto no pasa en otros sitios. En Madrid sales a la calle y pones una cámara y sueles tener más problemas que facilidades. 


Por lo que cuenta, ‘Lejos del mar’ parece una película intimista.
Es pequeña en cuanto a producción [un equipo de cincuenta personas, apunta Antxon Zabala, ayudante de dirección], tiene dos personajes, una playa vacía, una casa y poquito más. Creo que es una joyita; si no, no estaríamos aquí. Para hacer una película tienes que estar enamorado de ella, es imposible hacerla sin que la veas, te la creas y te parezca la cosa más estupenda del mundo. Y esta es una historia muy atractiva, actual y potente. 


Y cine andaluz, con Maestranza Films y Suroeste Films en la producción.
Sin hacer bromas con ‘Ocho apellidos vascos’, es una mezcla de vascos y andaluces, ya que en mi equipo habitual muchos son vascos. Cuando hacía cine en Euskadi y me preguntaban qué era el cine vasco, yo decía que era el cine producido en Euskadi. Así que esto es cine andaluz, ya que está producido aquí.



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