Ramiro Sanz expone este mes Pintura y escultura en Diputación

Pedagogo, retratista, paisajista y escultor, Sanz es uno de los símbolos vivientes del arte del dibujo andaluz

Ramiro Sanz junto a la diputada María Vázquez.
Ramiro Sanz junto a la diputada María Vázquez.
La Voz de Almería
22:56 • 16 feb. 2015

Pintura y escultura es el título de una gran exposición que puede verse en el Patio de Luces de la Diputación hasta el 27 de febrero. Su autor es Ramiro Sanz, veterano artista jienense, afincado desde hace décadas en Almería, que propone una mirada liberadora a la Almería más desconocida a través del retrato, el paisaje y la escultura. 




La muestra, compuesta por 31 pinturas (paisajes y retratos) y 15 esculturas, es sólo una parte de la obra que acompaña al autor. María Vázquez, diputada de Cultura, ha expresado su admiración por el brillante legado artístico de este pintor y escultor que, desde su casa en El Zapillo, ha sabido jugar con la luz, las formas, los símbolos y las figuras para mostrar un realismo, a veces, abstracto. 




Ramiro Sanz, que llegó a Almería siendo catedrático de Dibujo, ha sido profesor de esta rama durante décadas en el Instituto Nicolás Salmerón. En su discurso durante la inauguración, Sanz analizó su trabajo desde la perspectiva académica del profesor que ha deslumbrado a generaciones “enteras” de alumnos almerienses asumiendo y transmitiendo la relevancia del dibujo. 




Antiguos alumnos presentes en la inauguración de la muestra, la pasada semana, lo caracterizan como un maestro “duro”, un “muy buen pedagogo” que inculcaba al alumnado la necesidad vital de respetar la imagen y todos sus códigos. En su discurso, Ramiro ha analizado su trabajo desde la perspectiva académica del profesor que ha deslumbrado a generaciones “enteras” de alumnos almerienses asumiendo y transmitiendo la relevancia del dibujo.




Para Elías Palmero, licenciado en Bellas Artes y responsable del área de Protocolo de la Diputación Provincial, pese al viejo tópico de la aridez, Almería “es más biostásica que yerma”, una realidad, a veces invisible, que el artista Ramiro Sanz ha sabido expresar con fuerza e inteligencia: “Lo sabe Ramiro mejor que muchos, pues la ha recorrido palmo a palmo, sendero a sendero, valorando luces y sombras, descubriendo formas, matices, complementarios y las razones científicas, en fin, que hacen de la luz probablemente el mejor medio hasta para hablar con Dios”, asegura.




Retratista original, paisajista capaz de desnudar espacios inverosímiles, sus esculturas son “un juego de formas geométricas” en el que se desliza un “aire profético o áulico”, describe Palmero.






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