Comienza la Cuaresma. La iglesia conmemora el Miércoles de Ceniza

Todas las parroquias de la diócesis, al igual que la Catedral de la Encarnación, sede apostólica del obispo, celebraron ayer el Miércoles de Ceniza, con la tradicional imposición de cenizas, como inicio del tiempo de Cuaresma.

Adolfo González Montes, obispo de Almería, fue el encargado de imponer las cenizas en la Catedral, en una ceremonia que contó con numerosos fieles.

Los inicios
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos. Y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión. También fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno. 

Recordar también que antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio. Y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión.

Cuando el sacerdote impone la ceniza, recuerda las palabras del Génesis: “Acuérdate de que eres polvo y en polvo te has de convertir”. La imposición de ceniza, en definitiva, enseña que “todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres”, rememora el oficiante. 

Para las hermandades y cofradías, el Miércoles de Ceniza también supone la cuenta atrás para la llegada de la Semana Santa y la celebración de distintos cultos a sus imágenes titulares, así como el pregón de Semana Santa y el de las cofradías

Vírgenes de hebrea
Otra de las tradiciones que tienen lugar en este tiempo de Cuaresma es vestir a las imágenes de la Santísima Virgen de hebrea, lejos de lujos y bordados de oro, propias de este tiempo de Cuaresma. Una de las vestimentas más sencillas, pero a la vez atractivas.

El origen de esta manera de ataviar a las vírgenes se encuentra en Sevilla a iniciativa del bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, a principios del siglo XX. De esta manera, en la Cuaresma, se recrea, de una manera idealizada, el modo de vestir de las mujeres en la época en que murió Jesús.