“Estoy aquí para romper con los miedos. ¿Y tú? No me digas que no puedes, no me digas que no sabes. Hazlo”. Con estas palabras comenzaba el jueves por la noche en el Teatro Apolo el concierto de Álex García, que a través de 17 canciones llevó de viaje por un mapa de emociones a su público. En la presentación de su nuevo disco, ‘Por amor al arte (Hasta que se harten)’, el almeriense hizo un repaso a sus experiencias, contando historias de carácter social, de las relaciones personales y de su propia música, siempre acompañado por su banda y por diversos vídeos, que daban vida a sus narraciones cantadas. Con un estilo íntimo, Álex García combinó ironía y buen humor, así como el desgarro contenido de alguno de sus temas con un positivismo cristalino y desenfadado, seña de identidad del cantautor.
Con este marcado espíritu melancólico y esperanzado a la vez, el concierto comenzó con un primer tema que hablaba de amor, haciendo después un alegre repaso por el calendario en su segunda canción. ‘Dulce hogar’ fue la tercera interpretación, que hablaba de la actual situación de muchos jóvenes que abandonan su país y echan de menos su casa y a su familia. En la misma línea, ‘Quién eres tú’ arrancó aplausos entre el público gracias a su mensaje de denuncia y a las proyecciones que la acompañaban.
“Los que no me conozcan pensarán que qué clase de cantautor soy, que parezco medio heavy”, bromeó Álex en entre canción y canción. Y es que su estilo es una mezcla de muchas músicas e influencias, y su banda un grupo más que variado. Ronnie Rodríguez está a cargo de guitarras eléctricas y acústicas, Lalo Gallardo al bajo, Curro Domene a la batería, Irene Día al piano, Alfonso García al saxofón y José Miguel Osorio en el violín y congas. Además, Rocío Angulo y Priscila Hernández, sus coristas “bellas y listas”, según dice, también lo acompañaron en varios temas.
“Ahora vamos a hacer un experimento sociológico” dijo el cantante, pidiendo a continuación al público que lo siguiera con sus palmas en una nueva canción. A continuación, con ‘Lejos’ abrió una nueva fase en la que todo se tornó un poco más gris, pero siempre con ese reflejo de valentía y fortaleza oculto en cada mensaje que lo caracteriza. ‘La estrella al valor’ siguió con esta filosofía, que se rompió con su ‘Vals para mamá’, que Álex García dedicó a su madre “y a todas las mamás”, en la que cantó una estrofa sin micro, demostrando la potencia de su voz en el fragor del momento.
Volviendo a la alegría y el canallismo, Álex hizo cantar y tocar palmas al público en sus dos siguientes temas, el primero de ellos interpretado solo por él y su guitarra, y el siguiente, ‘Hombre veleta’, de un buen rollo contagioso.
En un nuevo giro, sus siguientes temas hablaron de las parejas, tratando temas desde las peleas que se forman por un grano de arena hasta la lacra social de los malos tratos. El amor más puro tomó el relevo en las siguientes canciones, con ritmos peculiares y con sonidos españoles muy mezclados y fusionados, como en ‘Piel de sal’ y ‘Desnudo’, tras la cual el público y el propio cantante, con una más de sus bromas, pidieron bises.
Así con sus dos últimos temas hizo cantar y dar palmas al auditorio, terminando con ‘El más tonto del barrio’ y agradecimientos. “Tengo la banda que nunca pude soñar y nunca habría soñado tampoco con tocar en el Apolo. Por eso, gracias a todos, al Ayuntamiento y al público, por superar mis expectativas” declaró Álex al final del concierto. El almeriense dejaba así claro, una vez más, que su banda y sus amigos son el motor que mueve el universo de su música.
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