Desde Lituania (1992, 1996, 2000), y exceptuando a la inalcanzable Estados Unidos que juega en otra liga, ninguna selección ha sido capaz de subir tres veces consecutivas al podio en unos Juegos Olímpicos. Por ese logro, y por tantos años felices que nos han brindado, merece la pena saltarse la siesta para ver el España-Australia (16:30 horas, La 1). Un bronce para cerrar, muy probablemente, una edad de oro.
Hay cierto sabor tristón y nostálgico en Río, con el cielo encapotado todo el día de ayer. Aroma a despedida, a última batalla. Pau Gasol, Navarro, Calderón o Reyes podrían jugar hoy (no está confirmado oficialmente) su último partido con la Selección y condecorar un poco más un apabullante palmarés que incluye, en el mejor de los casos, un Mundial júnior, dos platas olímpicas, el Mundial de Saitama y tres Eurobasket. A Felipe, que en 2013 quiso tomarse un respiro y luego se dio cuenta de que ir con la Selección era lo que más le gustaba del mundo y regresó, casi se le saltaban las lágrimas el viernes cuando alguien le preguntó si este era el final de una generación. “Puede, quién sabe”. Demasiadas emociones. España se ha convertido por palmarés en la selección europea más grande de la historia a la altura tal vez de la última Yugoslavia que juntó en un ciclo la plata olímpica de Seúl (88), el Eurobasket de Zagreb (1989) y el oro en el Mundial de Argentina (1990).
Scariolo dice que el corazón duele, pero que España llegó con una misión a Brasil y será lo suficientemente madura para endurecerse. Australia espera groggy, todavía incrédula por el zarandeo que le dio Serbia pero agarrada a una oportunidad histórica: nunca ha conseguido una medalla en los Juegos. Los boomers fueron la sensación en la fase de grupos y los primeros que descubrieron cierta fragilidad en Estados Unidos. Su rotación no es larga pero el nivel de sus mejores jugadores es NBA: Mills, Dellavedova, Bogut… A ellos añade dos veteranos con gran conocimiento del juego, David Andersen y Joe Ingles. Tiene argumentos para ser una selección dañina.
Pau Gasol, que corrió contra el reloj para llegar en condiciones a los Juegos, tiene el gemelo maltrecho pero correrá el riesgo. España necesita recuperar la velocidad de pase que perdió ante la intimidación estadounidense, lanzar con acierta y cerrar su rebote defensivo. Todo para tener una despedida donde merece: subida a un podio desde donde admirarles.
Cinco jugadores van a por su tercera medalla
Si España vence hoy a Australia, cinco jugadores conseguirán su tercera medalla en unos Juegos, tras las platas logradas en Pekín 2008 y Londres 2012. Pau Gasol, Rudy Fernández, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón y Felipe Reyes ya han subido por partida doble al podio en los Juegos Olímpicos. Otro jugador, ausente en Río, también lo hizo: Marc Gasol, lesionado este verano. Además, será el segundo metal para otros cuatro jugadores de la Selección actual: Ricky Rubio (en Pekín 2008) y Sergio Rodríguez, Víctor Claver y Sergio Llull (Londres 2012).
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