Chris Froome lanzó un mensaje rotundo a Nairo Quintana: "Sigo aquí, muy vivo". Y eligió una meta poderosamente simbólica para expresárselo: Peña Cabarga, su cima talismán, allí donde se descubrió como ciclista de grandes rondas en la Vuelta a España de 2011. Entonces logró su primera victoria profesional y se quedó a 13 segundos de Juanjo Cobo en la general. El africano tenía señalada esta etapa en el libro de ruta. Y volvió a superar al líder, aunque esta vez no quiere que se repita el desenlace último. Desde aquella fecha, Froome ha ganado tres veces el Tour. Y ahora ansía la Vuelta en su palmarés. El capitán del Sky recortó un pellizco de 4 segundos a Nairo gracias a la bonificación. No es mucho tiempo, pero es más fuerte el golpe psicológico. De momento se queda a 54 segundos del maillot rojo. Y se relame cada vez que piensa en la contrarreloj de la antepenúltima jornada.target="_blank">la_vuelta
Froome tiene un cariño especial a esta carrera: “Sólo priorizo el Tour por delante de la Vuelta”. Nunca lo ha escondido. Ha sido dos veces segundo (2001 y 2014), una vez cuarto (2012), y el año pasado se retiró por una caída en Andorra. En su quinta comparecencia, el africano ha venido con una fijación: coronarse en Madrid. Aunque se ha encontrado con un hueso duro de roer: Nairo Quintana. El duelo promete. Ya saltan chispas.
No fue el Sky, sin embargo, el que puso el ritmo para acabar con la escapada del día. Al Movistar le interesaba que llegara una fuga para trabajar el mínimo posible y no puso reparos a la aventura de 23 corredores. Pero entonces surgió el Tinkoff de Alberto Contador, que tomó la cabeza del pelotón a falta de 85 kilómetros, cuando la ventaja rondaba los cinco minutos y medio. Contador no va súper, eso es evidente, pero su raza y su orgullo son indiscutibles. El impulso del equipo ruso dejó la iniciativa reducida a cenizas, ya en los primeros lances de Peña Cabarga.
Movistar tomó el relevo en la subida cántabra. Primero, Rojas. Luego, Castroviejo. Finalmente, Rubén Fernández. Sólo un renacido Esteban Chaves fue capaz de romper el encadenado. El colombiano, ganador el año pasado de dos etapas en llegadas similares, atacó a 1,8 kilómetros. Abrió hueco. De repente, la imagen área nos mostró la ofensiva de un corredor del Sky: Leopold Konig. El gregario de Froome allanaba el camino al jefe. Había ganas de pelea.
Valverde neutralizó a Konig y Nairo se lanzó al contraataque. El maillot rojo había sacado tajada de las llegadas de La Camperona y Lagos. Y quería dar otro mordisco. Pero en esta ocasión no se encontró a un Froome titubeante. Al contrario, el africano cerró rápidamente la distancia y los dos avanzaron hacia el cielo cántabro. Froome apretó a falta de medio kilómetro, pero Nairo aguantaba su ritmo infernal. Así que cambió de estrategia, tomó un respiro y se esperó al tramo final, donde tumbó al colombiano. Los jueces entendieron que ambos llegaron en el mismo tiempo.
Nairo Quintana sigue al frente, con 54 segundos sobre Froome y 1:05 sobre Valverde, que se aferra al podio en su tercera grande del año. Su maillot rojo no se vio en peligro, pero la amenaza creciente del africano asoma más a medio plazo. El próximo asalto importante será el sábado con la etapa reina de los Pirineos franceses. Un minuto es apenas un suspiro cuando todavía restan un etapón de este calibre y una crono de 37 kilómetros en la provincia de Alicante, además de Formigal, Mas de la Costa y la traca final de la Sierra de Aitana. Nairo está obligado a atacar. Hay duelo.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/6/deportes/112890/froome-avisa-a-nairo-en-su-cima-talisman-pena-cabarga