Brillante colofón para 40 años de grandeza

Las mesas daban la vuelta a la plaza de El Toyo y como en sus mejores tiempos los padres del Europa Óptica Almería hicieron carrera continua para ir a saludar a sus niños del ayer que no faltaron a la cita. Rafael Mezquita y Miguel Moreno son conocidos por su aportación al club como fundadores pero no podía faltar en el circuito de saludos el otro padre de esta gran obra: Fernando Berruezo. El empresario de Albox que un día cambió los madrugones por los hoteles de cuatro estrellas a escasos metros de los pabellones estaba feliz, saludando con la misma timidez de antes a los que fueron sus jugadores: sus amigos.

Estaban todos  

Rafael Mezquita como presidente eterno tuvo que contar a los allí presentes para ajustar las cuentas. Iba acompañado de Miguel Moreno que perdía la cuenta al primer abrazo. Titulares y suplentes. Jugadores y jugadoras. Padres e hijos de un mismo sueño unidos por primera vez después de 40 años de gloria sobre la pista. Lo que hicieron fue tan grande que a a día de hoy su huella es imborrable en el deporte almeriense.
Todos tenemos en la memoria aquellos equipos de gala pero el Europa Óptica Almería era mucho más que las vacas sagradas. Detrás había un colegio y una escuela de balonmano modelo de Andalucía. Todos eran importantes y así se sintieron cuarenta años después bajo la supervisión de Miguel Ruiz Crespo. Uno de los grandes.
Nadie renunció a un canapé y como tantas veces los que menos comieron fueron Rafa y Miguel al cuidado siempre de sus jugadores.

Para ellas

 Para los jugadores del Europa Óptica Almería Rafa y Miguel siempre serán sus maestros pero en esta ocasión no les premiaron a ellos por su dedicación y se llevaron toda la gloria Amparo de Luque, Carmen Martínez y Carmen L. Barbero. Ellas se quedaban en casa mientras ellos cuidaban de esta gran familia haciendo realidad aquellos sueños de juventud que no se olvidan. Ellas fueron parte fundamental en la gloria de un club que sigue estando vivo

Esto no se acaba  

Nadie dijo que esto iba a acabar en El Toyo. Piensan volver antes de cumplir los 50 y se mantendrán informados de todo vía redes sociales y la página web donde cada uno aporta sus  recuerdos de infancia.
Esta vez le tocó hablar a Fernando Berruezo con la misma timidez de hace cuarenta años cuando llegó con su Óptica Almería dispuesto a cambiar para siempre la vida del Europa. Berruezo les habló con el corazón.