En fútbol no sabemos si está todo inventado. Que le pregunten a Juanma Lillo. Pero nadie duda a día de hoy del poder de los resultados. Los marcadores. Los números. Las rachas. La clasificación. Las cuentas. Dicen que en fútbol dos y dos no son cuatro. No es verdad.
Aquí el único jefe es el marcador. Los resultados son los que mandan y ante ellos todos se rinden. Nadie tiene más poder en los clubes que los resultados que ponen y quintan entrenadores.
Aquí el presidente hace una plantilla y se gasta los cuartos para: conseguir buenos resultados.
El entrenador es contratado para ganar partidos y si no gana: se lo cargan los resultados
La plantilla puede ser la mejor de todos los tiempos pero si no ganan partidos: les bajan de categoría los resultados.
El alcalde de Almería puede bajar al vestuario para pedir un último esfuerzo: a base de resultados.
Y los aficionados por mucho que digan: prefieren resultados a buen fútbol.
No le den más vueltas que por encima de todos nosotros están los resultados y la clasificación. Nadie espera otra cosa cuando se saca un abono que ver ganar a su equipo.
Uno va al Mediterráneo para ver ganar al Almería.
Soriano entrena para hacer ganar al Almería.
El presidente hace las plantillas para que gane el Almería.
No echa Alfonso a los entrenadores. Son sus jefes, los resultados, los que le dicen lo que tiene que hacer.
Y luego dicen que en fútbol dos y dos no son cuatro.
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