El Almería se quema en Los Pajaritos de Soria

Siendo muy joven se me quedó grabada una cancioncita dedicada a la casi siempre sufrida hinchada rojiblanca que decía: “Pierden y pierden y vuelven a perder, los socios se cabrean y rompen el carné”.
En su primera mitad, se podría aplicar perfectamente al Almería actual cuando de actuar lejos de casa se trata. Pierden tanto que desde su regreso a Segunda División, en la temporada 15-16, sólo han ganado un partido como visitantes.
La segunda parte de la cantinela no es asimilable a la actitud de la actual hinchada rojiblanca que no rompe sus abonos sino que permanecen fieles al equipo aguantando el chaparrón.
Y lo cierto es que el aguacero que nos está cayendo encima con nuestro equipo cuando a éste le toca actual como visitante es de órdago.

Desde que en junio de 2015 se consumara su descenso a Segunda, el Almería de nuestros amores sólo ha ganado un partido. El ya conocido y famoso duelo en Ponferrada que se saldó con triunfo almeriense por 1-3.
En total una victoria lejos del Mediterráneo en más de quince meses. El panorama del equipo cuando viaja es, a día de hoy, mucho más negativo que lo fue en el curso pasado. En la temporada 2015-16 el Almería perdió 8 partidos de los 21 que disputó fuera. En la presente, cuando aún no se ha alcanzado el ecuador de la competición, ya ha caído en 6 desplazamientos. El Almería se quemó en Los Pajaritos; la imagen que ofreció el equipo fue patética, sobre todo en la primera mitad, hasta tal punto que ha servido para resucitar viejos fantasmas que parecían olvidados en Sevilla y Valladolid.

El equipo, que se escapó de la quema de milagro en la temporada anterior se ha ‘reforzado’ de pena en la presente. La medular no funciona porque falta un director de orquesta. 
En defensa tenemos sota, caballo y rey, cuando falta alguna de las figuras de la baraja ésta se rompe. Los cuatro jugadores cuya principal labor es fabricar y marcar goles, cuando de actuar fuera se trata desaparecen. 
Si encima hay alguno al que no le importa partirse la cara con la defensa rival, como Juanjo, se le relega a la suplencia. De la falta de acierto en los fichajes Soriano da fe en cada partido descartando a varios de ellos.