El undécimo título se ansía y la apuesta es decidida. La plantilla blanquiverde lo deja claro: se quiere iniciar otra decena nueva en la cuenta de la Copa del Rey y levantar un trofeo que recompense todo el trabajo realizado hasta ahora. El grupo se lo merece, pero con eso no basta y para ello siempre está y emerge más fuerte todavía en algún momento puntual, la figura de Enrique de Haro. El ‘mago’ de la preparación física ha cargado de nuevo su ‘varita mágica’ y con ella dibuja uno de sus habituales prodigios. Cuerpo técnico y jugadores van muy en serio. Tras la final perdida en Teruel y dejar escapar un 0-2 en Palma, el campeón defenderá su título sin concesiones. El objetivo es difícil y se trabaja duro.
La temporada tiene una planificación prefijada por parte de un De Haro que llamó a filas también en día de descanso. Llenó el Moisés Ruiz de ‘estaciones’ por las que pasaron reiteradamente todos los jugadores, todos al cien por cien en cada una de ellas: “Es un entrenamiento específico que hacemos, un circuito de fuerza y resistencia que tiene el objetivo de trabajar las dos cualidades físicas a la vez”. Es el momento de lo que él llama “afinar”, o lo que es lo mismo, “una forma corta de poder preparar a los jugadores para soportar esfuerzos intensos y recuperar de unos a otros esfuerzos, que es lo que va a pedir a partir de ahora la competición”. Se juega el domingo, y hay que aprovechar esa circunstancia.
No se fía nadie del FC Barcelona, pero hay un día más para recuperar y está muy claro que la importancia del ‘torneo del KO’ obliga a realizar una buena carga. Se repetirá la próxima semana, antes de recibir en casa al colista Cáceres, ya que no hay que viajar. Encajar y construir: “En esta fase de la temporada lo que se busca es afinar la preparación y con este tipo de planteamientos se consigue esto, ser capaz de recuperar de un set a otro y sobre todo de un partido a otro, que es lo que nos va a pedir la Copa del Rey y más adelante los play off”. Unicaja se está preparando para jugar la final al día siguiente de la semifinal, así que no tiene ningún pensamiento de perder el sábado día 25 de este mes.
El Pabellón Europa de Leganés verá aparecer al equipo coronado sin intención de bajarse del trono, así que mucho tendrán que oponerse Ca’n Ventura o Río Duero Soria para apartarlo de su reválida del título. El trabajo para ser más fuerte viene de lejos, desde pretemporada, y se aprietan más los dientes desde que comenzó el año: “Empezamos después de Navidad a pensar en los grandes objetivos que tenemos al final y como decía, conforme se acerca la competición a su término más se afina el instrumento”. Se trata de componer una sinfonía interpretada por todos los ‘instrumentos’ a la vez: “Durante estas dos semanas vamos a hacer planteamientos de este tipo de cara a que en la Copa estemos al cien por cien”.
De este modo, martes, 11.00 horas, todos estirados y temiendo lo que les aguarda sobre la pista. Antes, Enrique de Haro y Guille Carmona, con la ayuda de Piero Molducci, han dispuesto una serie de herramientas dibujando un circuito circular al que hay que dar varias vueltas siempre a tope de esfuerzo. Duro, pero el plantel está preparado: “Se hace este tipo de ejercicios a esta altura porque ya tienen el cuerpo preparado, las articulaciones, después de un trabajo más general, por lo que se pueden someter a este tipo de esfuerzos”. Va más allá: “Introducirlos también se hace porque cambia un poco la rutina de lo que se viene haciendo, son trabajos cortos y explosivos que a ellos les motivan mucho”.
Dos mínimas pausas entre tres series, al final duelen hasta las pestañas y se teme tanto al silbato como al crono con el que Enrique de Haro ha dirigido la operación subido en un banco para sostener la antena. Apenas unos segundos después, la felicidad: “Esto es como todo, siempre digo que el objetivo de la preparación física no solo es estar bien sino sentirse bien; muchas veces, aunque objetivamente un jugador este bien, si él no se siente bien no tiene mucho sentido, y entonces con este tipo de acciones en las que ellos tienen un reto, tocar en un salto o lanzar más fuerte, algo en lo que ellos ven que están dando el máximo, les hace sentirse bien”. Las endorfinas hacen su trabajo y mentalmente Unicaja es imparable.
Sobre ‘guerra psicológica’ o ‘espionaje industrial’, a De Haro no le hace perder ni un solo segundo. Él hace estar más fuertes a los jugadores, que a su vez se sienten los más poderosos, y eso tiene no tiene truco detrás sino sapiencia: “Está todo inventado pero saber mover las piezas es lo que da al final los resultados; las piezas están en el tablero, son las mismas para todos, ninguno inventamos nada, pero cada uno las mueve de una forma y eso te puede dar la victoria”.
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