Un personaje del fútbol roquetero de los que merece conocer a fondo. Media hora bastó para llegar al corazón de Antonio Villanueva Fuentes, conocido como Antoñín en el mundillo del balompié en blanco y negro, pero él sigue siendo un portero en color. Estamos hablando de un gran roquetero: dicen que fue el mejor portero que dio el fútbol de Roquetas. La Algaida fue, es y será su campo preferido. Tal vez por la leyenda que tuvo durante tantos años.
¿Cuándo comenzó en el mundo del fútbol?
Desde muy pequeño; pues tendría 12 ó 13 años de edad. Jugaba con una pelota, pero una pelota ¡eh! y no un balón del que tienen hoy los niños y jugábamos al fútbol en una era en el campo. Luego fueron pasando los años y nos pusimos más grandes todos mis amigos y ya se jugaba con algún baloncillo que otro y jugábamos nuestros partidillos, y así hasta que se hizo un equipo de fútbol.
¿Su primer equipo?
El Roquetas de mi vida, donde estuve jugando varios años. Luego, al no haber medios como las camisetas, botas y demás... el equipo pues desapareció y me llamaron para ir a jugar al Huércal en 1964; había un equipazo porque el Huércal tenía soldados del campamento de Viator que eran muy buenos futbolistas. En Huércal de Almería estuve una temporada entera jugando con ellos.
¿Y luego fue a...?
De Huércal de Almería me marché al Cantoria; recuerdo que no cobraba nada, aunque sí es cierto que la directiva nos daba algo, pero por darnos algo, nada más y mi primer sueldo, por llamarlo así, fueron 200 pesetas cada partido que jugaba. Estuve muy bien en Cantoria porque tenía todos los gastos pagados. Quedé campeón con el Cantoria en la zona norte y luego eliminamos al campeón de la capital, por lo que nos clasificamos para jugar el Campeonato de España aficionado. Nos tocó el Baza, al que eliminamos y luego nos tocó el Atlético Malagueño, el filial del Málaga.
Un campo especial...
La Algaida por la leyenda que tenía en el mundo del fútbol almeriense, era un campo muy especial por todo; decían que en aquel campo no ganaba porque decían que apedreaban al rival.
¿Cómo eran los vestuarios de La Algaida?
¿Qué vestuarios...? (risas). Teníamos que venir desde el centro de Roquetas de Mar al campo de fútbol ya vestidos y nos vestíamos en un cine. Teníamos que ir andando por la carretera desde el cine al campo y en el descanso había que quedarse en el campo porque no merecía volver al cine. Con el paso del tiempo el árbitro ya no se cambiaba en el cine. Recuerdo que había un bar a la entrada de Roquetas de Mar con habitaciones de alquiler. Se habló con el dueño del bar y ahí algunos partidos ya nos cambiamos de ropa. Aquello fue increíble, para vivirlo, ¡pero ojo! hubo una época que nos cambiamos también en un colegio y cuando el maestro no estaba se buscaba otro sitio donde fuera. Hacíamos lo que fuera por jugar al fútbol. Así fue.
¿Un portero nace o se hace con el tiempo?
No lo sé, de verdad; yo de niño jugaba de extremo derecho, pero luego me pasé a la portería cuando tenía unos 16 ó 17 años de edad.
¿Quién le puso el apodo de Antoñín?
Mis amigos jugando al fútbol cuando era muy pequeño, pero de muy pequeño; casi no recuerdo muy bien el primer día que me llamaron con ese apodo.
¿Cuál es su receta para mantenerse en forma con 74 años de edad?
Cuidarse, nada más, no hay secreto. Hay que llevar una vida sana, aunque es cierto que he trabajado mucho durante muchos años en la construcción. Comencé a trabajar con 11 años, luego estuve dos años en una panadería con 13 años y a los 15 años ya estaba trabajando en la construcción.
Si hoy hubiera un Antoñín en el fútbol...
Mis amigos me dicen que si yo estuviera hoy jugando seguro que estaría jugando en Primera División; también me comentan que si yo jugara en la época de hoy en día sería uno de los mejores porteros.
Anécdotas miles...
Muchísimas. Recuerdo un partido en Roquetas de Mar jugando contra el Portuario de Almería que chocaron dos jugadores y el balón estalló al estar entre los dos futbolistas. El árbitro pidió otro balón y le comenté que no había más en el campo., que solo tenía un balón en el club. El partido se suspendió porque no había más balones en el campo para jugar.
¿Cómo eran aquellos balones de los años 60 ó 70?
Cuando el campo estaba un poco mojado, aquellos balones parecían que llevaban plomo dentro... ¡pesaban muchísimo y un golpe de cabeza te dejaba marcado!
¿Ha hecho muchos amigos en el fútbol?
Muchísimos. Soy muy conocido en Almería y gracias a Dios tengo muchos amigos, pero de verdad.
¿Un sueño?
Vivir tranquilo con mi familia; tener salud porque me operaron del corazón y luego me repitió el infarto.
Muchas gracias
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