Aquel lateral que llegó al Almería del Real Madrid

Antonio Ramón Sánchez tiene una historia que contar. Sus hijos y sus nietos verán ese álbum de fotos con las estrellas del Real Madrid cuando, papá o abuelo, llegó con la maleta llena de ilusiones a la Ciudad Deportiva del Real Madrid para triunfar en el fútbol. Allí le recibieron como a tantos niños de España y le dieron una nueva educación deportiva que le ha servido como filosofía de vida.
Fueron cuatro años inolvidables hasta llegar al Castilla de donde fue llamado por un nuevo Almería que con el nombre de Polideportivo buscaba el retorno a la categoría nacional. Juan Antonio Román y Bernabé Navarro le conocían bien y pese a ser llamado por clubes de superior categoría su corazón almeriense le hizo bajar escalones en su caché futbolístico y tender la mano al Almería.
Antonio Ramón ya no era aquel niño de La Cañada que se marchó a Madrid. Su nivel competitivo era muy alto y sus carreras por la banda como lateral eran todo un lujo para unos aficionados de culo de cemento en el Estadio de La Falange primero y en el Franco Navarro después en una Almería de 1983.

Ejemplo a seguir

Todo era nuevo en aquel Poli Almería de Pepe Meca hecho contrarreloj. No tenía ni campo y se tuvo que apañar con un recinto abandonado donde una mano de pintura y unos números a brocha sirvieron para acomodar a sus socios. Aquel Almería jugaba con los pueblos de Granada y Jaén cuando tres años antes venía el Barça a nuestra tierra.
Antonio Ramón como uno más se puso a las órdenes de Juan Antonio Román y Manolín Artero para tirar del carro y empezar a subir categorías hasta alcanzar la Segunda División B cuando era de solo dos grupos. El lateral de La Cañada jugó en Almería por amor a unos colores ya que le tiraban los tejos de Segunda División pero nunca quiso dejar tirado al equipo de su tierra. Luego fue el club que tanto amaba el que le dejaba tirado a él marchando al Lorca, Cartagena y otros   equipos donde dejó su sello de calidad y pundonor.
Ahora Antonio Ramón sigue sintiendo los colores del Real Madrid y por el Almería ‘mata’ porque le tocó tirar de un carro que pocos querían y él supo dar un paso al frente. Habrá quien haya defendido la rojiblanca con igual pundonor, seguro, pero Antonio Ramón empapó de sudor cada camiseta.