De cómo un banquillo también gana un partido

Chema Castellano desvela el empuje que desde los suplentes se dio a los titulares

Chema Castellano.
Chema Castellano. La Voz
La Voz
16:29 • 16 oct. 2018

Todo equipo querría a un José María Castellano en sus filas, pero el que lo tiene es Unicaja Almería y el club se siente afortunado por ello. Al cartagenero le toca el turno de palabra y pone voz a quieres vencieron el trascendental partido frente al poderoso Teruel sin haber tocado ni un balón. Sí, el banquillo empujó al triunfo de un modo muy complicado de entender en otros grupos de jugadores, dándolo todo por los compañeros que sí dispusieron de minutos: “Este fin de semana me tocó animar desde fuera, pero lo importante es que no paramos de animar, lo hicimos en todo momento, para los de dentro y los de fuera la energía era la misma, los de fuera aportamos ese punto extra de motivación a los de dentro, que muchas veces en la pista sufren pero reciben la motivación de ver que el banquillo les alienta”.




Eso ocurrió en los buenos y en los malos momentos de un choque vibrante, y sin duda “ es un puntito extra a favor, un plus que tiene este Unicaja Almería”, que no olvida que dispone de “una plantilla muy completa, con 13 jugadores que podemos cualquiera de nosotros estar en el campo en cualquier momento”, como remarca el opuesto. Eso es lo que se demuestra durante la semana, días que provocan que en las dos horas de partido “todos los de fuera estábamos con la vena en el cuello que iba a explotar, deseando entrar, y si lo tenemos que hacer en cualquier momento, estaos metidos en el partido del todo, como Fran Ruiz por ejemplo, que entró en un momento complicado al saque y pegó tres pelotazos”, abunda.




Castellano, pura profesionalidad, asume las situaciones como se van dando, ya que jamás se falla a si mismo en su deseo de darlo todo: “La temporada es larga y va a haber momentos para todos, va a haber seguro rotaciones y oportunidades, y lo importante es que podamos aprovecharlas, así que yo sigo trabajando duro, en ningún momento por no jugar no me siento uno más del equipo, al contrario, me encanta animar al equipo sea donde sea, voy a seguir trabajando y en el momento que tenga la oportunidad de jugar, a darlo todo y demostrar el porqué estoy aquí”. No hay más secreto que oír de su boca “somos un equipo, 13 jugadores de los que cualquiera que esté en el campo tiene el nivel y a categoría suficiente”.




Sin duda, es el mejor mensaje a un proyecto que, no se olvide, sigue en obras y que va a dar mucho más de si, siendo un soplo de ánimo el triunfo del sábado: “Desde la temporada pasada y el mismo inicio de esta Teruel ha sido muy duro en todos los aspectos, no hemos podido desarrollar nunca nuestro mejor juego, pero después de la derrota sufrida en la Supercopa teníamos muchas ganas de volver a enfrentarnos a ellos, creo que llevamos la pretemporada y esta última fase del inicio de la Superliga trabajando muy, muy, muy duro, y creo que la motivación extra de deshacernos de las malas sensaciones de la Supercopa ha sido un factor importante que valió para ganar y va a revertir en nuestro beneficio en adelante”.




Su trayectoria en el club es intachable, si bien salpicada por la mala suerte: “Yo llegué aquí el año pasado en Navidad, me adapté bastante bien y terminé estando dentro de campo en los partidos importantes; en Palma, en la semifinal, el primero lo empecé desde el banquillo y el segundo de titular y fue importante ver que el trabajo estaba sirviendo para que contaran conmigo, pero luego una mala pena el partido aquí contra ellos, una lesión inoportuna, pero es lo que hay, al que no practica deporte no le pasa esto, y me perdí la final, así que la verdad es que estoy deseando que lleguemos otra vez a todas las finales, y si me toca jugarlas, a tope”. Disputó la de la Copa del Rey y no pudo concursar en la de Superliga.






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