La crisis del coronavirus nos está sirviendo para conocer historias muy emotivas en nuestra Almería con los almerienses como protagonistas, entregados para ayudar en todo lo que puedan en estos momentos complicados. Juan Miguel Ramón es el segundo míster del Zapillo y, además, policía local: “Fue la segunda semana de marzo cuando tuve que colgar la pizarra de entrenador para ejercer mi labor como policía local de una forma mas intensa.
La razón, el Estado de Alarma por el Covid-19. Las primeras semanas no fueron fáciles hasta que la ciudadanía se fueron concienciando y, ahora , cada vez más, lo extraño es encontrar un individuo por nuestras calles sin una justificación coherente. Aunque siempre tendremos anécdotas como el señor que iba a comprar pan y se encontraba a 20 kms de su domicilio o la cara de agradecimiento que se queda en nuestra retina de una anciana al llevarle la pesada compra a casa, sin los aplausos de los vecinos en agradecimiento a nuestra labor”, recuerda el segundo entrenador del Zapillo Atlético.
“También volvemos a casa y estos días de confinamiento se hacen duros. Cuando me asomo a la ventana y veo el campo del Zapillo cerrado... echo de menos al cuerpo técnico y nuestros 25 jugadores. Nos queda el consuelo y la suerte de tener el grupo de WhatsApp con mensajes de energía. Sólo deseamos que esta pesadilla termine y volver con más fuerza que nunca, en forma de agradecimiento, a enfundar mi uniforme y velar nuestras calles”.
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