En febrero de 2006 entró en la oficina de un modo distinto a como lo había hecho a lo largo de los años anteriores. Lo hacía como trabajador de una entidad por la que da todo, a la que defiende a capa y espada y a la que, si es necesario, sacude con dosis de autocrítica para hacerla avanzar. Pura pasión, Guille Carmona no sabe de indiferencia, y ahí quedan cientos de ejemplos en casi tres lustros enteros, los que completará en esta temporada 20/21. Su historia de vida inexorablemente va unida a Unicaja Costa de Almería desde niño, pese a que su ‘secreto confesable’ es que es un gran amante del baloncesto. Se le ‘perdona’, porque no ama menos al voleibol y lo hace mejor de lo que es a fuerza de formación y capacidad. No es renovación, porque es personal del club, pero sí continuidad en sus múltiples ocupaciones en el seno del mismo, diseñador, estadístico y segundo entrenador, más ‘negociador’.
Esa última función la desempeña en la etapa ‘entretemporadas’, o sea, ahora, y con el beneplácito de presidente y primer entrenador. Dadas las circunstancias, todo se ha adelantado este año, “no ha cambiado mucho el tema de las renovaciones”, pero “como fue todo tan repentino, cada uno encerrado en su casa, no se ha podido tener una relación más personal, cara a cara, que es como yo prefiero hacer las cosas, a mí me gusta así, y si no puede ser cara a cara, una llamada por teléfono, no mensaje de Whatsapp, algo que me parece poco feo, sobre todo cuando hay mucha relación después de haber convivido tanto tiempo”, afirma. Pasa página, y “el resto ha sido todo normal, a través de los propios jugadores, de los agentes y entablando conversaciones tanto con Ramón como con Manolo, para saber qué es realmente lo que queríamos y necesitábamos para el equipo de este año”, matiza.
Respecto a eso último, y sabiendo que ya “hay un grueso importante de la plantilla formado”, precisa que “siempre el mensaje a la afición es el mismo, sencillamente porque los objetivos del club también son iguales año tras año, los de dar lo máximo por este escudo, por esta ciudad y este club, alegrías a la afición y, si puede ser, no solo llegar a las finales, sino conseguir los títulos que pueden llenar más las vitrinas del club masculino de voleibol más laureado de la historia”. La hinchada puede, por lo tanto, estar tranquila respecto al nivel del nuevo grupo, muy renovado por repetir una isla lo hecho ya por otra hace pocos años: “Lo de Guaguas sí es como lo de Ca’n Ventura, cogiendo jugadores de Unicaja, pero qué me dice esto, que somos un referente para cualquier club, somos el referente para todo voleibol nacional, que seguimos siendo un espejo en el que mirarse para los demás”.
Si en Mallorca se llevaron a tres jugadores del triplete, en Gran Canaria son cuatro efectivos de la plantilla ‘europea’ de la pasada temporada, lo que no puede ser otra cosa que motivo para sacar pecho: “Que cojan a nuestros jugadores solo me hace sentir orgullo de un gran trabajo, de que los años atrás hemos conformado grandes plantillas y hay quien nos quiere arrebatar a esos grandes jugadores, así que, eso me dice que lo estamos haciendo bien nosotros”. Los nuevos que lleguen este año van a tener la oportunidad de hacerse grandes dentro de una historia grande, y esos que pasan se llevan el agradecimiento: “Deseo todo el bien a todos esos jugadores que vienen aquí y se van a cualquier club, no solo a Guaguas, por supuesto”. Este club es lo que es por ellos, sin duda, los pasados y los futuros, y por los otros clubes en competición. En ese sentido, Carmona tiene un deseo: “Esperamos que con todo este varapalo puedan salir, que tengan buenos equipos e ilusión para afrontar una temporada que será atípica y recuperar esta normalidad que tanto deseamos”.
En el fondo, “que haya un buen ambiente de voleibol en los pabellones y que siga la gente apoyando a nuestro gran deporte”, añade un Guille que pide “vitalidad” en un panorama que dependerá de toda la sociedad: “Volver a la normalidad depende de nosotros; debemos ser conscientes de que esto no ha terminado todavía, de que sigue habiendo un gran problema de salud en el mundo entero y que no quiere decir que el que podamos salir a la calle es que ha remitido; los hospitales se han vaciado un poco más, pero ahora hay que ir con mayor cabeza, la playa, actos sociales… la precaución por delante, porque la gente está perdiendo el miedo, y no es que haya que vivir con miedo, pero sí mantenerle el respeto a este virus”. El segundo míster de los ahorradores recuerda que el coronavirus “todavía convive con nosotros, hay que seguir llevándolo, puede que vuelva a brotar, pero si hacemos un buen trabajo, podremos llenar los pabellones, sin peligro a disfrutar de los partidos”.
Unicaja Costa de Almería está en un compás de espera perjudicial, en todo caso, a raíz de la no resolución del campeonato, y Guille Carmona, como no puede ser de otro modo conocida su personalidad ‘de frente’, se expresa con contundencia: “No sabemos si vamos a Europa, si nos dan unas ayudas o no, pero lo que decepciona es que no toda la culpa es de la Federación, según se ve en las redes sociales y las conversaciones con los demás clubes; todo el mundo está de acuerdo con que nos den el título, excepto uno, y me extraña que por ese uno no se aclaren las cosas”. Va a más: “Es decepcionante, no sé si por odio o por qué es, porque ellos no ganan nada, solo por ese rencor, que no sé ni por qué está, que no esto no debe ser ellos o nosotros, se oponen a que tengamos nuestra recompensa; extraña que sean los únicos, pero también que se les haga tanto caso”. Y sí, el principal motivo es Europa: “Es siempre una ilusión, ese gusanillo de salir de España y volver a llevar el nombre del club por el continente; es un aliciente más para afrontar con mayor expectativa la temporada; no vamos a dejar de lado la competición nacional, pero cualquier club solo lo puede ver como un aliciente para trabajar cada día con mayor esfuerzo”.
Y sí, es “un desgaste físico importante, adaptación a cambio de balón y ha habido muchas lesiones, aun así el equipo ha sabido trabajar, ha respondido muy bien y yo solo tengo que agradecerle a los chicos el esfuerzo que han realizado”, asegura. En España, de 12 a 14, pero poca variación: “Es un poco indiferente, porque al final hay que jugar y hay que ganar, da igual el rival cómo se llame, hay que ganar; por las circunstancias siempre iba a ser un poco injustas las decisiones que se tomaran y la de 14 equipos hace que los que estaban luchando, con su sacrificio económico y deportivo, por ascender, necesitaban ese premio, y veo normal que compitan en la máxima categoría; al fin y al cabo son cuatro partidos y a ver cómo los encaja la Federación en el calendario”. Lo espera cargado de ilusión, como desde febrero de 2006: “Cada año es una experiencia nueva y yo tengo la suerte de que trabajar en lo que nos gusta; cada año cambia todo, equipos, los jugadores que los componen”.
Seguirá de segundo ‘saboreándolo’: “Siempre es un placer y un orgullo trabajar junto a Manolo; después de tantos años juntos pensamos parecido, tenemos una relación de entendimiento muy fácil y sabemos lo que quiere el uno del otro solo con gestos y miradas, así que todo es muy fácil; no solo trabajo con un grandísimo entrenador y una grandísima estrella del voleibol que ha sido, sino con un gran amigo, así que es un lujo y un privilegio”. Con él estará al lado también del proyecto canterano: “Es muy bonito, porque es la base de cualquier club y más en Almería, que tiene una cantera y una afición muy importante, fabulosa, envidia del resto del país, porque aquí se ha vivido por tradición mucho voleibol, todo lo que ha sido la base de Unicaja en años anteriores, y ver cómo Manolo está llevando a cabo el proyecto, junto con Miguel y Paco, es gratificante”. Para finalizar, “ver que los chicos vuelven a disfrutar entrenando después de estar agobiados es la mayor recompensa que se nos podía dar, y si encima son el futuro, más ilusión todavía”.
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