Era la temporada 2018/2019, la primera de Manolo Berenguel, y se entró en la liga una semana después de perder la Supercopa en Los Planos. El calendario fue muy caprichoso y dictó que se comenzara en el Moisés Ruiz frente a, de nuevo, Teruel, apenas siete días más tarde de haber cedido el primer título sin apenas oposición. Equipo muy remodelado, sin conjuntarse, tuvo dos bajas clave, las de Víctor Viciana y Álex Fernández, produciéndose una primera demostración de carácter de Rubén Lorente cuando tenía solo 20 años. Durísimo enfrentamiento, se venció por 3-2 y sirvió para ‘creer’, pese a haberse iniciado en traspié. Así, desde esos dos puntos iniciales no se dejó de sumar de tres en tres, primera vuelta con 32 de 33, invictos.
En el febrero siguiente, con todos disponibles y los meses suficientes de rodaje, ese Unicaja levantó su último trofeo hasta la fecha, la Copa del Rey, en Melilla. En frente en aquella final, como no, Teruel y otra casualidad, ya que el opuesto del conjunto aragonés era Andrés Villena, como esta temporada tras volver de Corea. Es verdad que se cayó sin apenas discusión en la final de la SVM, tras desgaste indescriptible en la semifinal frente a, precisamente, el Ushuaïa Ibiza de Piero Molducci, pero no lo es menos que se afrontó con cuatro bajas de titulares, muy mermados y en una situación mental nada buena. De aquella plantilla verde no queda nadie en la actual, que se coloca a tres sets de igualar ese hito una vez que ya es campeón de invierno.
En aquella ocasión no se fue hasta la última jornada, algo que en el presente ya se tiene en la buchaca habiendo cambiado el perseguidor principal, Guaguas esta vez. Las miradas están puestas este sábado en la isla pitiusa como última conquista de esta mitad del campeonato, que podría tener un balance de once de once victorias con o bien 32 o bien 31 puntos. Ahora se atesoran 29 sobre 30 en diez de diez, y el desafío lanzado por el técnico a sus jugadores antes del inicio del campeonato ha ido poco a poco tomando la forma de hacerse realidad. Espadas en alto en las filas verdes, máxima cautela ante un equipo muy necesitado y con grandes argumentos para cortar la racha de Unicaja Costa de Almería, que algún día llegará a su fin.
La historia
Afianzando más si cabe la motivación ahorradora, ese recuerdo de que la última vez que se logró quedar invicto al término de la primera vuelta, se ganó la Copa del Rey. Entonces se lograron cinco triunfos por 3-0 y otros cinco por 3-1, lo que arrojó una cuenta de siete sets en contra en los once partidos, sin olvidarse del ya citado 3-2. En esta temporada se llevan, por ahora, cinco victorias por 3-0 y cuatro por 3-1, lo que hace incrementar la motivación de incluso mejorar aquella marca y quedarse, de lograr un 0-3, con solo seis sets en contra. Además, en cuanto al resto de datos, se puede estar muy satisfecho del trabajo realizado, con coeficientes magníficos en lo que a sets y puntos se refiere. Grandes individualidades, pero prima el equipo.
Es el Unicaja Costa de Almería de esta 2021/2022, que a cada partido se va retando a si mismo en una búsqueda de la perfección que pueda conducir al éxito de alzarse campeón. Por el camino, hasta el momento, solo se ha dejado un punto, o más bien fue capaz de ganar dos en una cancha en la que nadie más ha vencido, y lo hizo en cuadro, con un cambio nada más, cargado de bajas y soportando una lesión grave nada más comenzar la contienda. En Melilla, y era solo la jornada 2, se lanzó aviso de que este grupo iba a ser muy difícil de doblegar, tal y como ha demostrado a lo largo del paso de las semanas. Otra demostración de carácter se realizó en Palma, en un encuentro que se tenía muy encarrilado y en el que Feníe Energía pasó por encima en el tercer set (25-12), momento más bajo de juego verde hasta ahora.
Se tuvo lo que se necesitaba para reconducir la situación y sumar tres puntos más con un 1-3, tercer set encajado, que supo igualmente a oro. Acto seguido, llegó al Moisés Ruiz el que sigue siendo gran favorito para ganar todo, el CV Guaguas, que encendió del todo la motivación de Unicaja Costa de Almería. Se cedió el segundo set tras ser muy superior en el primero, y antes de volver a ser ampliamente mejor en el tercero y en el cuarto para conseguir la quinta victoria y otro 3-1. Cuatro sets se habían encajado hasta entonces, mejorando la media en el siguiente tramo de cinco partidos, puesto que solo se han cedido dos más, uno en San Sadurniño para obligar a la remontada, y otro este pasado fin de semana ante Río Duero Soria, con sufrimiento para sostener la condición de invicto que toca defender en Ibiza.
En la temporada 2017/2018 fue Urbia Vóley Palma el que logró finalizar la primera vuelta como invicto, si bien fue el curso del triplete de Teruel, ambos acabando toda la fase regular con solo una derrota, la que se habían endosado el uno a otro, y con Unicaja Costa de Almería perdiendo solo ante ambos, en sendos tie-breaks frente a los palmesanos, y con un tie-break y un 3-1 contra los turolenses. En la campaña post-triplete verde se logró ganar todos los partidos de la primera vuelta, incluso el primero de la segunda, un 3-0 sobre Melilla, para poner la marca en doce victorias consecutivas, pero la más impresionante temporada fue justamente la anterior, con tres títulos levantados, la 2015/2016, en la que no se perdió hasta la jornada 20, un 2-3 frente a Teruel, única derrota de todo un curso que cerró con matrícula de honor, doblegando a Soria en semis y a Teruel en la primera final que vio cinco partidos.
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